Despedirnos de Mestalla será el mayor sacrificio hecho por valencianistas

Ese día, que siempre hemos visto como algo lejano, aunque seguimos sin saber cuándo será, está claro que empieza a estar cercano

Toni Hernández | 18 MAR. 2022 | 00:02
Mestalla

El último partido del Valencia en el campo de Mestalla. No sé cuándo será, ahora mismo nadie puede dar esa fecha con exactitud, porque aunque pensamos en agosto de 2024 como traslado a nuestra nueva casa, ya han sido tantas veces las que hemos dado por sentado que pasaba, que mejor seguir siendo cautos. Pero parece que el día está más cerca que nunca, ahora sí, y que el adiós a nuestro campo es algo que vamos a tener que afrontar. Y no, no va a ser nada fácil, porque allí, todos, tenemos una gran parte de nuestra vida. Allí he ido con mi abuelo materno, que tenía el defecto de ser del Madrid, con mi abuelo paterno, un turolense más valenciano que el Miguelete, con mi padre, que me metió este veneno en el cuerpo, con mi padre, con mi mujer, ahora con mi hija…

He vivido, como todos, cosas que recordaremos toda la vida, emociones que nos transportan a un pasado irrepetible, porque las cosas que se experimentan a ciertas edades son para siempre. Y todo eso, y muchas más cosas, quedarán allí, para siempre. Porque cuando pasemos por la Avenida de Aragón en dirección norte ya no estará allí el campo, ni cuando vayamos por la Avenida de Suecia. Porque en las noches de partido no se verá la luz de las torres, ni en el Ensanche se escucharán los goles cantados por la grada como si estuviéramos allí.

Porque los puentes del río ya no se llenarán de gente yendo y viniendo antes y después de cada partido, y tendremos que buscar nuevos sitios para quedar, porque ya no habrá “esquina del penalti” para vernos antes de entrar al campo. Porque no estará el viejo marcador de madera del gol norte, ni los video marcadores de Mitsubishi electric del Mundial 82. A mi hija le quiero explicar la esencia de su casa, para que la entienda y la disfrute el tiempo que le queda. Y para que sea capaz de trasladarla a la nueva, donde a fin de cuentas, iremos a parar todos los que hemos crecido en el viejo Mestalla.