Se han reído del Valencia, nos han faltado al respeto, han jugador muchos partidos a la vez

No podemos olvidar todo lo que pasado durante estas semanas, quiénes han sido los responsables, y eso debe servir para animar más fuerte aún

Toni Hernández | 02 MAR. 2022 | 00:02
Marcelino García Toral

El Athletic de Bilbao de Marcelino se ha reído y mofado del Valencia desde antes de empezar la eliminatoria. No nos han tenido ningún respeto, en ningún momento, y los lamentos que han llegado desde el Botxo, empezando por su entrenador, siguiendo prosas jugadores y terminando en una deplorable intervención de su presidente, pueden ser de lo más surrealista que se ha visto en mucho tiempo. ¿Nuestro delito? Primero sufrir un arbitraje en San Mamés poco menos que lamentable, con 3 acciones que podían haber definitivo el partido y que se señalaron, todas, en contra.

El 1-0 viene de una falta que nos hacen ellos a nosotros, Dani Garcia debió ser expulsado por una entrada salvaje a Carlos Soler, y en el último minuto, a Hugo Duro le hacen un penalti “como un castillo”, que ni el VAR quiso revisar. Se hace muy complicado creer en muchas cosas cuando pasa esto, pero claro, se nos ocurrió decirlo de forma pública, y pasamos a ser los malos, los señalados, los apestados. Luego vino la tontuna del estilo de juego, como si Guardiola hubiera nombrado su heredero a Marcelino, que ya tiene narices la cosa. Y el tema ha terminado con periodistas de Bilbao perdiendo por completo el norte e insultando directamente a Bordalás y al equipo.

Que la crítica está muy bien, pero oiga, eso de no faltar al respeto de esa forma barriobajera igual no es la mejor forma de fomentar nada. Todo eso ha pasado en este tiempo, eso sí, siempre teniendo que dar las gracias cada 2 minutos a Marcelino por ganar la Copa, cuando los títulos los gana el Valencia, y las personas que están simplemente ayudan, nada más, que para eso cobran un ojo de la cara. Cuando cojamos los pases del cajón, o las entradas, no lo olvidemos, tengamos muy presente todo lo sucedido, y no olvidemos que los nuestros son los de blanco y negro, y hay que morir por ellos y con ellos.