¿Quién quiere un Valencia en guerra?

Que Meriton es un desastre ya lo sabemos, pero que algunas situaciones la llevamos al extremo porque interesa al relato, lo mismo

Toni Hernández | 15 ENE. 2022 | 07:00
Gol del Valencia

¿A quién le interesa un Valencia en tensión social absoluta? Sobre este tema se han dicho muchas cosas toda la vida, y también existe una carga de cinismo importante. En general, cuanto mejor va el equipo, más audiencia y publicidad entra a los medios. Sobre todo lo segundo, porque al final, los patrocinadores no quieren nunca un contexto negativo, porque no es bueno para nadie. Pero al personal, a todos y respecto a todo, nos gusta más la sangre que las flores. Somos así, y si no hubiera estado 15 años al pie del cañón con dos programas diarios de lunes a viernes, más los partidos en fin de semana, no lo diría.

Llevo en la profesión desde 1994, y he conocido y chocado con muchos agitadores, a los que el club en sí les importaba poco, porque el tema de su adhesión o de su desapego era otro. Si los dirigentes iban de la mano, todo era una balsa de aceite. Y si no, a por ellos sin piedad. Meriton no tiene a (casi) que lo defienda da verdad, porque se han acabado los argumentos (y lo dice alguien que ha dado la cara por ellos), pero eso no significa, no puede significar, que todo lo que pase sea motivo para montar una guerra civil a costa de lo que sea. Pero la tensión beneficia. No sé muy bien para qué, pero lo hace.

Porque además nos encontramos con unos gestores que no saben lo que tienen entre manos y no entienden ni lo que ocurre a su alrededor. No sé quién les asesora, o si lo hace alguien, pero es evidente que no lo hacen peor que si fuera el mismo enemigo en persona. Se juntan el hambre con las ganas de comer, y el resultado es que por cualquier cosa salta todo por los aires. Y todo se airea, todo trasciende, nada se tapa, cuando muchas cosas de las que pasan en el día a día del mundo del fútbol son efímeras, y no tienen realmente ninguna importancia. Pero ya sabemos, cuanto peor, mejor.