¿No hay “otro Juan Roig” que quiera comprar el Valencia?

Si no admitimos la figura de otro inversor de origen extranjero, es obvio que toca buscar en casa, y eso empieza descartando a quien no será, y buscando su mismo perfil

Toni Hernández | 21 DIC. 2021 | 09:00
Mestalla

Debemos buscar “otro Juan Roig” que quiera comprar el Valencia. Esa es la “solución” que tendrían muchos de nuestros problemas, porque debemos tener ya muy claro que si nadie le pone a Peter Lim lo que quiere por sus acciones, no se va a marchar de aquí. Esa fase tengo muy clara que no la llevamos bien, porque seguimos pensando que un dueño se va igual que un presidente a la antigua usanza, y eso es un error muy grave del que sólo el tiempo nos va a hacer conscientes. Necesitamos que alguien, y si encima es de casa mejor, vaya con dinero a Lim y ponga solución a todo esto de una vez y para siempre.

Aunque sinceramente, por más que miro, y posibles existen, no veo a nadie que pueda enarbolar esa bandera, aunque contara con todo el apoyo social de una afición que lo vería como una especie de redentor. Pero para poder llegar a ese punto hay que tener dos cosas, que se deben dar en la misma medida. La primera es tener ganas y saber qué significa la exposición pública en un club de fútbol, en el Valencia. Puedes ser aclamado por la calle Colón si las cosas van bien, o te puede tocar desviarte por Conde Salvatierra y atajar más aún por Sorní en caso de que no lo hagan. 

No todo el mundo está dispuesto a pagar ese precio, por ejemplo Juan Roig, que tiene muy claro lo que significa y que él prima el seguir teniendo miles de tratadores repartidos por todo el país, y ya algunos fuera fuera de él. Y además, hay que tener el dinero, claro, porque de lo primero aún encontraríamos a muchos candidatos. En Valencia hay gente que tiene una de las dos cosas, pero a vuela pluma, no veo a nadie que reúna las dos, o al menos que no vea nada clara la primera, que mucho me temo que es más importante que la segunda. Porque los problemas de dinero se arreglan con dinero, pero cuando el valencianismo se cabrea con algo, ya sabemos que eso no es suficiente.