El centro del campo del Valencia de Bordalás

Hay una serie de jugadores fijos, incluso ahora más con ese cambio de sistema, pero que puede ser distinto en el caso de que lleguen fichajes

Toni Hernández | 20 NOV. 2021 | 09:00
Gol del Valencia

El centro del campo del Valencia de Bordalás es un asunto del que nacen muchas virtudes y problemas del equipo. La fortaleza de este equipo, como ha pasado siempre, radica en tener dominio de esa parte del campo, en defensa y en ataque, generando eso que en el fútbol moderno se llama equilibrio, y que no es otra cosa que llegar bien a la portería contraria y que no lo hagan a la tuya. Desde el día del Villarreal, para cortar la mala racha de resultados, el técnico alicantino cambió el planteamiento, y tiró de casi todo lo que tiene en esa zona.

Hemos visto ser titulares a Racic, Guillamón y Wass, juntos, y también con ellos a Carlos Soler, con lo que no quedaban más futbolistas que pudiéramos contar como mediocampistas, con el problema añadido que eso tiene a la hora de lesiones o sanciones. La necesidad de firmar a alguien específico ahí es cada día más evidente, porque también está claro que no vamos a jugar igual contra los amarillos, el Atlético de Madrid o la Real Sociedad, que contra otros rivales que no tengan tanta calidad o posesión de balón. Y como locales menos aún, claro está. Bordalás es el primero que tiene esto claro como el agua, pero al mismo tiempo sabe que el equipo no se le puede caer por entrar en otra racha nefasta de resultados.

Los puntos son el mayor refuerzo positivo que puede tener este grupo en este momento, y eso pasa por hacer lo que sea necesario para sumarlos. En el corto plazo no se atisban cambios, si acaso alguna adaptación a la circunstancia de manera puntual, pero no algo radical o una vuelta a lo que se tenía antes. Que hay que fichar es algo evidente, tanto como que esa parte del campo no podemos ser siempre inferiores al rival. Eso lastra, genera siempre un desequilibrio en contra, y cuando se termina convirtiendo en goles encajados, empezamos a remar a contracorriente. Y todos los partidos no vamos a remontar dos goles, que eso, aunque lo estemos normalizando, desde luego que no es lo habitual en el mundo del fútbol.