Los intereses del entorno del Valencia en el Nuevo Mestalla

La partida que han jugado todos durante mucho tiempo parece que está llegando a su fin, pero mientras siga quedando tiempo, podemos esperar cualquier cosa... de todos

Toni Hernández | 25 OCT. 2021 | 07:30
Nuevo Mestalla

¿El entorno del Valencia quiere que nuestro club, tanto si manda Meriton como si lo hace la madre que los parió, termine el Nuevo Mestalla? Me hago esta pregunta de mal humor, hastiado, cansado, harto de tanto bando y de tanta hipocresía, y de tantas ansias de protagonismo a costa del club pero sin poner un solo euro, o traerlo con algún inversor, para que las cosas cambien. Y es que no termino de entender los intereses de todos los grupos. Primero porque soy un iluso, y soy de los que sólo tiene un bando, el Valencia, y lo único que me importa es que el Nuevo Mestalla se pueda inaugurar, vendamos las parcelas del actual, y podamos empezar a respirar por nosotros mismos quitándonos una herencia del pasado que es una losa que nos aplasta la cabeza.

Y eso que parece tan evidente, al menos a quien suscribe que debe ser muy simple, no es algo que vea en ciertos sectores del entorno, más pendientes de asomar la cabeza cuando conviene que de aportar soluciones reales. Y ya uno está hasta el arco del triunfo de tener que justificar todo. Que sí, que Lim se vaya a su casa y venda el Valencia, aunque estaría bien que alguien se lo comprara de verdad, porque sin eso no tenemos nada, que parecemos nuevos en todo esto. Y mientras eso pasa (pienso hacer todos los equilibrismos lingüísticos a mi alcance para evitar la palabra “pero”), lo que corresponde es una gestión responsable en todos los sentidos, y eso pasa porque se termine el estadio.

Y si es con el dinero que manda la Liga por el contrato con el fondo CVC, pues bien, es que me da igual. Y si a ese entorno que todo le viene mal no le gusta que sea así, ¿me pueden explicar otra solución real más allá de la enésima pataleta? Porque de verdad, parece que no queramos que las cosas se arreglen, es como si los problemas fueran positivos. Es, en definitiva, como si el Valencia importara un carajo.