A Diakhaby le toca demostrar que tiene sitio en el Valencia

El Valencia sacó un empate en su partido contra el Cádiz, antes del parón, pero ganó un líder indiscutible en la persona de José Bordalás, y un “fichaje” en la persona de Mouctar Diakhaby. El central galo, que lleva en el ojo del huracán más de dos años, salió con todo en contra, estuvo a un gran nivel, y además, recibió la felicitación y el respaldo público de su entrenador en rueda de prensa. La amarilla de Alderete fue la que le dio la opción de jugar, porque el encuentro se puso feo en exceso, y esa cartulina, que era la quinta, es la que le permite ser titular por primera vez este curso en el Nou Camp, lugar donde incluso marcó la campaña pasada.

Y esa oportunidad que sabe que va a tener, porque lo contrario sería una sorpresa mayúscula, es la que le puede meter en la dinámica del equipo, e incluso, cambiar la planificación deportiva del Valencia en el corto plazo. La idea del club es firmar un central en el próximo mercado de invierno, y ya lo era en el de verano. Y eso pasaba, y pasa, por vender, bien vendido, al exjugador del Olympique de Lyon. El valencianismo respira hondo desde que el paraguayo tiene claro que debe cumplir sanción, pero debemos tener fe y confianza en Diakhaby, al menos mientras siga siendo jugador de nuestro equipo, mientras lleve nuestra camiseta puesta.

Cuando vino, insisto, a muchos no nos pareció un mal fichaje, y después de su primer año, siempre a la sombra de Paulista y Garay, tampoco. Pagó muchos platos rotos en los dos siguientes, y salió en muchas fotos muy feas, pero quizá deberíamos ser un poco más como Bordalás y valorarle el trabajo y lo que vaya haciendo, ahora, en el terreno de juego. No sólo basta con darle apoyo cuando lucha contra el racismo, que todo lo demás también forma parte de la vida.