Guerras en el entorno del Valencia: no seamos tan torpes

Discutir entre nosotros es más viejo que andar, y al mismo tiempo, tan absurdo como ponerles puertas al campo... pero no aprendemos

Toni Hernández | 08 AGO. 2021 | 08:00
Manifestación 8M

Las guerras en el entorno del Valencia son algo más viejo que andar. Las he vivido desde que tengo uso de razón, y ni las entendía hace 25 años ni ahora tampoco. Y confieso que he participado de ellas, he tomado partido, escogido bando, y atacado al de enfrente. Y precisamente por eso tengo claro que son absurdas, porque no gana nadie, no se gana nada. Todo parte de la absoluta intransigencia que tenemos todos, que nos impide razonar que otro valencianista pueda pensar distinto, de forma diferente. En ese momento le atacamos, o nos ataca a nosotros, y quien recibe el envite lo devuelve.

Y entonces empieza esa guerra estúpida entre gente que sentimos lo mismo por el mismo club, aunque pueda ser de maneras distintas. Siempre ha habido un clima de tensión, unas veces más elevado y otras menos, pero lo que está pasando ahora está totalmente fuera de madre. Bien es cierto que las redes sociales generan un altavoz que muchas veces es más aparente que real. Pensamos que la vida es twitter, algunos están totalmente convencidos, y gracias a Dios, no es así. Pero en cualquier caso, ves a valencianistas insultar a otros valencianistas, decirse de todo, señalarse, retarse, amenazarse… ¿Acaso todos no queremos lo mismo, es decir, lo mejor para el Valencia?

La unión de este club es una quimera de la que llevamos hablando décadas, y es algo que nunca he visto cerca, pero que ahora siento mucho más lejos que nunca en la vida. No seamos torpes y dejemos de pelearnos entre nosotros, que el enemigo es otro, que ver las soluciones de forma distinta es una cosa, pero querer el mal del Valencia es otra completamente distinta que no tiene nada que ver. Que todos somos del mismo equipo, recolllons, y si vemos un partido juntos y marcamos, hasta acabamos abrazados. Sin tener nada que ver salvo ese amor incondicional a unos colores.