¿Le vamos a exigir a un inversor que sea del Valencia de cuna?

A veces nos enrocamos en cosas que no tienen sentido, porque no queremos ser conscientes de las cosas, y eso hace perder la perspectiva

Toni Hernández | 29 MAR. 2021 | 07:00
Chupete del Valencia

Me pregunto en qué pensamos cuando le exigimos a un inversor que vaya a entrar en el Valencia, que sea valencianista de cuna como cualquiera de nosotros. De verdad que no lo entiendo, y conforme pasa el tiempo, esta sensación me es todavía más desagradable. Peter Lim es posible que tuviera alguna dificultad para situar en el mapa a Valencia, y nosotros le pedimos que sepa quiénes eran Montes y Cubells, cuando a muchos de aquí les suena, pero sin google, poco más.

No queremos aceptar que el CF es una cosa, que posiblemente siempre sea nuestra, y que la SAD es otra muy distinta que perdimos hace ya mucho tiempo. Respeto a los que piensan que se puede recuperar y hasta democratizar, pero sigo sin ver ese escenario salvo que alguien venga y me explique algo que no soy capaz de visualizar. Ojalá, sin ninguna duda. Pero cuando confundimos negocios con sentimientos, es cuando nos apuntamos con la pistola en el dedo gordo del pie.

El Príncipe de Johor, o los valencianos que quieren venir con un fondo, o quien sea, entrarán en el club por una serie de cuestiones que no tienen nada que ver con el valencianismo, no nos engañemos nosotros solos, que eso es absurdo. A Mateu Alemany no le pedimos que se pusiera una bufanda y que cantara en la grada. Y al que venga, y más si es como máximo accionista, lo mismo. Aquí cada uno tenemos una misión, y lo mismo que no se puede pedir a un socio que ponga 200 millones de euros para comprar las acciones de Lim, a Lim o a quien sea no se le puede pedir algo que no se aprende ni se compra, sino que hereda de padres a hijos.