Respeto máximo a quien quiera poner dinero para comprar el Valencia

A quien venga a comprar el Valencia (al menos el 85% de acciones que tiene Peter Lim), no le podemos exigir que sea valencianista de cuna o que haya nacido aquí. Eso son cosas que pasan, y que van de la mano del sentimiento. Pero ahora estamos hablando de empresa, de negocios, de acciones, de dinero. En definitiva, de mucho dinero. Al que viene, venga de donde venga, lo que hay que exigirle es una gestión profesional, y un trabajo que pueda llevar al camino de los éxitos. Da igual se dónde sea, no seamos absurdos.

Si nos ponemos a abrir un debate con lo que no tiene recorrido, vamos a terminar tirándonos los trastos a la cabeza, como pasa siempre. Me da igual que el Valencia, el 85%, sea de Peter Lim, del Príncipe de Johor o de un fondo americano al que traigan unos valencianos. A todos, en cualquier caso, se les pedirá lo mismo, esa gestión profesional. Y el recelo por su procedencia es algo que nos podemos ir ahorrando, porque no tiene sentido más allá de encontrar una excusa para discutir por algo. Que es muy nuestro, pero es inútil.

Respeto máximo a todo aquel que quiere invertir en el Valencia, que entiende que nuestro club es un sitio importante para hacerlo. Desprecio, sobre el papel, ninguno, anuncie su posible llegada a través de stories de instagram o filtrando nombres y planes a la prensa. Lo importante es el Valencia y el proyecto que se quiera llevar a cabo, y lo demás son disquisiciones que muchas veces corresponden más a la piel excesivamente fina que tienen algunos, que con el interés general real.