O sabemos distinguir entre Meriton y el Valencia, o vamos muy mal

Si no aprendemos a distinguir entre Meriton, Peter Lim y el Valencia, vamos mal, muy mal. Y que nadie venga ahora a decirme que sí se hace porque no es cierto. Y no hablo de palabras, hablo de hechos. Porque está llegando un punto en que se nos va la cabeza de tal modo, que casi nos alegra decir que la plantilla no ha cobrado, y luego cuesta rectificar y decir que sí, que lo han hecho. Y aquí nadie puede ponerse medallas por cumplir con las obligaciones, como tampoco se deberían montar dramas por cuestiones que no existen.

Y como con eso, con todo. El Valencia es el Valencia, y está por encima de todo y de todos, y por eso cumplirá, si Dios quiere, 102 años en mes y medio. Y resulta frustrante, amén de otros sentimientos, que porque no queramos a este máximo accionista o a este presidente, que se lo han ganado a pulso, los males del club sean buenos para el relato. Porque claro que hay un relato, y todo lo que se sale de él es malo... para el relato, aunque no necesariamente para el Valencia. Y hay un ejemplo muy claro.

Los fichajes que ha hecho el club en este mercado de invierno, ¿queremos que salgan bien o mal? ¿Queremos que triunfen y nos peleemos por intentar tenerlos el año que viene o preferimos que sean carro del pescado y que se sumen a los fracasos? Pensemos bien la respuesta, porque ahí está la clave, una de ellas, para distinguir entre Meriton, Lim y el Valencia. Yo quiero que la revienten, que sean los mejores de la Liga en esta segunda vuelta. Ahora, que cada uno se pregunte qué quiere.