Lo que pesa el escudo del Valencia, y lo que significa

Personalizar en nadie no tiene sentido, lo mismo que cargar las tintas contra los más jóvenes, pero hay que saber, todos, dónde estamos

Toni Hernández | 18 DIC. 2020 | 07:00
Gonçalo Guedes

Jugar en el Valencia es una responsabilidad, implica un nivel, y sobre todo, un compromiso, tanto en jugadores como en entrenadores. A los dirigentes los dejamos a un lado, porque su labor es otra, no tiene nada que ver con el verde, aunque obviamente, sus decisiones marcan, y de qué manera, lo que pueda ocurrir allí. Pero el partido de Terrassa fue demasiado, por todo y para todos. Y aunque la palabra ridículo me martirizaba, es lo que sentimos, al menos yo, incluso con la eliminatoria ganada.

No seré yo quien apriete a Javi Gracia o le señale por determinadas cuestiones. Volver a repetir que le engañaron, que le sacaron lo que le dijeron pero que luego no cumplieron trayendo lo que se habían comprometido es eso, repetirse. El amago de espantada fue un error mayúsculo porque menoscabó su autoridad, le hizo estar en depresión varias semanas, y ahora hace que todo el mundo le mire con ojos de inquisidor. Y de esa parte, el responsable es él, y su agente, el ínclito Rodri, del que mejor seguir sin hablar. Lo mismo que a la plantilla, en su conjunto, porque quitar 6 titulares y no traer ninguno tiene un peaje. Pero uno, no varios.

Podemos sufrir en partidos contra equipos de Primera, porque por nivel está todo más igualado, y los detalles deciden partidos. Tú eres inferior a varios conjuntos, pero no lo eres respecto a otros. Y eso es algo que Gracia debe concienciar a su plantilla, y a él mismo. Pero una cosa es eso, y otra estar perdiendo contra un Tercera en el 83 por 2-0, dando poco menos que lástima, y pareciendo un equipo de un nivel incluso inferior a esa categoría. No, eso no, de ninguna manera. Porque insisto en que no somos tan malos, pero si no empezamos a creerlo, y eso, repito, es tarea de Gracia, puede ser un caos.