Esos cobardes que trafican con la dignidad ajena en el entorno del Valencia

Con el sueldo que no come tu familia es muy fácil dar lecciones, aunque el problema no es que se haga, sino quién pretende hacerlo

Toni Hernández | 13 OCT. 2020 | 08:00
El Valencia entrenando

“Por dignidad, debería dimitir”. La frase hay que ponerla en contexto, porque sin él pierde fuerza toda explicación que se pueda dar. Hay que distinguir dimisiones. Y distinguir los que dimiten. José Luis Zaragosí debía haber entregado su carta renunciando a ser consejero del Valencia el día 6 de octubre a las 00:01, es decir, justo después de cerrarse el plazo de fichajes. Salió a dar la cara con un mensaje que era falso, y obviamente, se la han partido porque no dependía de él.

Me ha pasado, no hace mucho, y aunque no sea culpa tuya, cuando mientes por boca de otro, de alguna manera lo estás haciendo tú también. Y la única forma de redimirte, en parte, es recogiendo los trastos y marchándote a tu casa. Te van a decir de todo igual, pero no podrán achacarte nada. Aquí, la dignidad sí tendría un peso, porque encima no vive de este cargo. Aunque hay otras dos dimisiones que debían ser por dignidad (a petición popular), o pasaban a ser cómplices. Desde luego, el nivel de adjetivos que estamos usando es de una subida de tono que debería darnos a todos vergüenza, pero ese es otro tema. Javi Gracia y Miguel Ángel Corona eran los dos señalados.

El primero se quiso ir, pero aunque sabía que no iba a poder, lo intentó de alguna manera. Razonable y coherente. Lo mismo que el hecho de que no hubiera procurado hacer nada. Corona ha trabajado todo lo que ha podido y ha sabido, pero quien mandaba le ha tirado para atrás todo lo propuesto. ¿Es indigno por seguir? Más de uno que se le llena la boca de pedir su marcha, vía renuncia, debería echar la vista atrás en su trayectoria profesional. Y yo soy el primero que me critico, y con dureza. Y que acepto los palos de otros, porque las guerras no me motivan.