Emocionarse con este Valencia también es bonito, no tengamos vergüenza

Que el Valencia gane con jugadores jóvenes y formados en la casa, además de los “veteranos” que también tenemos, es igualmente motivo de alegría, y más que suficiente para emocionarse. Al menos yo lo hago, y sufro, como todos, que me duele todavía el cuerpo del partido de San Sebastián. Cuando decimos tantas veces eso de separar el Valencia social del deportivo, que yo no lo veo porque todo es uno, pienso en este tipo de cosas.

Un montón de nanos formados en Paterna, titulares y que entran durante el partido, y alguno más que se queda sin jugar, y competimos, y hasta ganamos. No es incompatible no entender nada de lo que pasa a nivel deportivo con gritar a pulmón abierto gol o victoria, sin que a nadie le quede la sensación de que la alegría no es la misma. Personalmente me gusta ver a todos esos chicos formados en casa. A algunos los conozco desde niños, y hasta los he tenido en brazos (a Toni Lato), y tengo claro de dónde vienen, cómo son sus familias o qué sienten cuando se ponen la camiseta del Valencia.

Si no fuera por todo lo que rodea al club en todos los sentidos, porque al final queremos competir por metas altas, no me importaría morir con ellos, tener paciencia y esperar lo que fuera necesario. No, no pido eso, simplemente digo que me gusta ganar con chavales de casa, que es igualmente reconfortante, y que siento lo mismo cuando el gol lo marca una estrella a cuando lo hace un canterano, porque los dos llevan puesta la camiseta del Valencia. No es de Perogrullo, es de primero de sentido común.