Cuando el Valencia gana, ganamos todos, y disfrutamos todos, y no se ajustan cuentas

Muy pocos esperaban la victoria en San Sebastián, pero eso da igual, debemos entender qué es ser de nuestro equipo y dejarnos de estupideces

Toni Hernández | 29 SEPT. 2020 | 22:06
Javi Gracia

Mi equipo. Tu equipo. Nuestro equipo. Juegue quien juegue. Mande quien mande. La emoción y la pasión de gritar un gol como si nos fuera la vida. Celebrar una victoria como si fuera la última. La puta felicidad de ser del Valencia. Somos incondicionales porque no le ponemos condiciones a ser del Valencia, porque sabemos lo que somos, de dónde venimos, y aunque no tengamos muy claro dónde vamos, sí sabemos dónde queremos ir.

Tenemos pocas cosas que nos unen, pero son fuertes, están forjadas a fuego por el legado de más de 100 años de historia. Lo único que hacemos mal es olvidarnos de ello más veces de las que deberíamos. No hemos ganado nada, no hemos hecho nada, pero ahora mismo somos felices, estamos felices. A algunos hasta nos duele la garganta del grito que hemos pegado con el gol de Maxi… y cuando el VAR ha anulado el de la Real Sociedad. En ese momento, si tu peor enemigo hubiera estado a tu lado viendo el partido contigo, le habrías dado un abrazo… y él a ti.

No se trata de hacer nada de determinada manera, simplemente es ser del Valencia. No ajustar cuentas cuando se gana, o cuando no se gana, porque el sentimiento, la militancia y la pertenencia no depende de quien mande, quien entrene o quien juegue, sino de nosotros mismos. Hoy dormimos felices, porque somos del Valencia. No se trata de entenderlo o de explicarlo, se trata de sentirlo, a flor de piel, de forma y manera incondicional.