Reflexionar sobre el Valencia, sin insultar, un lujo

El periodista Eduardo Solivares, un oasis en medio del desierto, expone la realidad del club, y sobre todo, alterntivas reales a esta situación

Toni Hernández | 22 AGO. 2020 | 07:00
Mestalla

Reflexiones sobre el Valencia. Tras unos días intentando digerir lo que está ocurriendo en nuestro club, voy a expresar mi opinión, más o menos acertada, pero es la que tengo. Aderezada con algunos refranes a la sombra del gato escaldado. Realidades y Errores de bulto. La realidad deportiva es la primera que duele. Un año paupérrimo provocado por una arriesgadísima destitución, una incapacidad manifiesta del técnico (muy mal elegido) por reconducir el vestuario y una desidia vergonzosa de la plantilla en la segunda vuelta. De aquellos polvos, estos lodos. La realidad financiera, con su monstruosa deuda, hace que el club camine al borde del precipicio.

Así lo ha hecho en los últimos 14 años. Nadie ha puesto remedio. Cuando el viento sopla fuerte -y ahora lo está haciendo-, el abismo se ve cerca. El presupuesto del VCF lleva varios años siendo insoportable. Si el club entra en Champions, 20 millones de déficit. Si no lo hace, 60. Eso hay que cambiarlo tarde o temprano, nos guste o no. Cuando la plantilla más cara de la historia queda en el puesto 9, hay que operar. A perro flaco, todo son pulgas. Si la situación ordinaria es problemática, el equipo no se clasifica para Europa y, para redondearlo, el COVID aniquila la partida por abonos/entradas y reduce los ingresos por TV, el drama se convierte en urgencia. No valen tiritas. Es cirugía. Aunque sea duro, hasta aquí todos lo entendemos. Nos cuesta más o menos, pero aceptamos la dureza de la situación. Y apoyaríamos, como en el 86, un proyecto de cantera, de unión. Pero para eso los líderes deben tener credibilidad y desgraciadamente, Anil la ha dilapidado.

Primer error. Vender el coche para comprar gasolina. En un club de fútbol, el eje es la plantilla y hay que intentar retorcer la economía para equilibrarla aunque sea en un perfil más bajo. Se ha hecho justo al revés. Retorcer la plantilla para equilibrar la economía. Zapatero a tus zapatos. Para organizar la plantilla se debe valorar qué jugadores son más prescindibles en sus relación rendimiento/coste/futuro. Y claro que habrá salidas dolorosas. Se asume. Pero no pueden salir todos los del mismo perfil, porque los veteranos equilibran. Donde manda capitán, no gobierna marinero. La salida de Parejo fue muy decepcionante. Creo que tenía hueco en esta plantilla, pero si tiene que salir, debería haberse hecho con más dignidad. La que se merece. Y, sobre todo, despedirle como lo que ha sido, un emblema. Historia. Hacer un pan como unas tortas. Es lo que hizo el club antes del partido del Leganés.

¿Tanta prisa había por avisar a los agentes de los jugadores para no esperarse una semana? La bromita nos ha costado la clasificación para la Europa League. Prestigio y dinero. El que mucho abarca, poco aprieta. En épocas de importantes cambios, las decisiones deben estar tomadas por profesionales. Y buscar un perfil idóneo para exponerlas. Lim los trituró pero fue incapaz de sustituirlos y dejo al zorro cuidando de las gallinas. Anil para todo. Cinco no son montón, pero siete ya lo son. Justo cuando se utiliza el argumento económico para justificar las salidas de Parejo y Coquelin, los iluminados las hacen coincidir con las de Camarasa, recuperadores y médicos. Todo se junta bajo el paraguas de la vendetta.

A grandes males, grandes remedios. No me gusta exponer la situación sin aportar mi granito de arena. Lo primero, que ya dije, es que hay que confiar en Gracia y los jugadores. Sean los que sean. Porque ahora son nuestro ariete. Es lo único que nos queda. A muerte. Cada loco con su tema. No me canso en proponer, aunque luego me las lleve dobladas. A los que toman decisiones les pediría que no provoquen gratuitamente. Que se pueden tomar decisiones duras, pero con clase. Sin enfrentarse a la afición. Dialogando. Es posible. Por la boca muere el pez.

Uno de los grandes problemas de Meriton Holdings es la nula empatía con la afición, hagan lo que hagan. Porque hablar con entrevistas enlatadas o con cartas nocturnas no sirve para nada. Papel mojado. Dar la cara muchas veces ayuda. De verdad. Prefiero una paz imperfecta que una guerra perfecta. No me gusta el #limgohome. Supondría una transacción en la que no importaría nada el futuro del club. Prefiero un #limcomehere , para que venga, que tome decisiones mirándonos a los ojos. No con el mando. Ese es el reto.