La grandeza de este Valencia

El aficionado, del Valencia en este caso, lo que quiere siempre es que su equipo gane cada partido y poder estar orgulloso de su club. Eso me lo explicó hace mucho mi gran amigo Damià Vidagany, y confieso que a pesar de los años que llevo en la brecha, nunca lo había visto de ese modo. Y sí, es así, por más que luego haya un sector, más o menos grande, que nos enfrasquemos en mil batallas que normalmente no llevan a ninguna parte. Hoy en día, con las redes sociales, parece que todo sea más grande, pero al final es más apariencia que realidad. La esencia sigue siendo la misma, y la inmensa mayoría de seguidores de este club persigue lo mismo: ganar y sentir bien fuerte el orgullo de pertenencia.

Este Valencia de Peter Lim ha sido sacudido por mil cosas, de mil maneras. Unas veces con razón y otras con cierta dosis de sinrazón, pero lo que no podemos negar es lo evidente. Ahora mismo se está pasando un momento que jamas habríamos pensando vivir, y el club lleva por delante muchas semanas, actuando de una manera soberbia, extraordinaria. Cuando todo parece que se tambalea en el mundo del fútbol, Anil Murthy en nombre de Peter Lim le da calma a los casi 400 empleados del club, se renuncia a ir a un ERTE, se protege a la plantilla, se informa a los aficionados (sí, se informa cuando ha habido algo tangible), se toman medidas sociales absolutamente vitales, se generan soluciones a los problemas estructurales del club (Nuevo Mestalla). Luego nos cabreará esto o aquello, pero de este Valencia, hoy, no podemos estar avergonzados, ni mucho menos.