La crisis que viene al fútbol: renunciar a mucho dinero para no arruinarse ni despedir a nadie

La crisis mundial por culpa del coronavirus, ese maldito COVID-19, está salpicando a todos los estratos de la sociedad, y por supuesto, ha sacudido con mucha fuerza al fútbol. Hemos pasado por la fase demagógica, esa que dice que un científico gana 1800 euros y un futbolista millones, pero nunca hablando de dónde viene el dinero del primero ni quién genera el dinero de los segundos. La demagogia tiene esto, que si la razonas, se cae al suelo. Ahora estamos en la de la dura realidad. Si no se reanuda la Liga, que es algo que está por ver, los ingresos de los clubes van a caer en torno a un 20%. ¿De dónde recortar para poder cuadrar los números, algo ya de por sí complicado?

Ajustando la partida más alta de cualquier presupuesto: el coste de plantilla. Nadie tiene la obligación de renunciar a sueldos ni de bajárselos, partamos de esa base. Pero también es cierto que estamos ante una situación absolutamente excepcional, que jamás en la historia se ha dado, y es por ello que van a pasar cosas excepcionales. Algunos clubes, como muchas empresas, estudian ERTES, pero la solución global no es esa, y todos lo sabemos. O los dueños poner el dinero que se pierda, o los jugadores renuncian a la parte proporcional que no jueguen, y por ende, que las entidades no puedan facturar. Siempre frivolizamos al fútbol y a los futbolistas, y estoy seguro de que nos van a callar la boca a todos. Aunque primero, veamos cuál es el escenario final.