El partido que puede cambiar el rumbo de la temporada

Nadie dijo que el camino en la Champions League fuera a ser fácil, y tampoco se trata de vender un falso optimismo con proclamas vacías. El Valencia necesita casi un milagro para estar en cuartos de final, pero si a algo está obligado es a darlo todo y en caso de caer eliminado ofrecer una imagen acorde a su altura futbolística. En Milán se rozó el ridículo pero el gol de Cheryshev deja un hilo de esperanza, si el equipo hace un partido perfecto puede ponerle las cosas complicadas a los italianos y soñar con estar en cuartos de final. Llegar a esta ronda ya debería ser considerado como un éxito teniendo en cuenta la cantidad de años que hace que el Valencia no está al lado de los mejores, y al margen de ello el golpe moral sería de grandes dimensiones.

Este equipo está acostumbrado a jugar al límite y ha levantado situaciones muy comprometidas. Lo hizo la pasada campaña ante el Getafe en copa y en esta campaña ya se repuso en desplazamientos difíciles como los de Londres y Ámsterdam. Si mañana consigue la proeza se superaría a sí mismo y demostraría que todavía es un conjunto a tener en cuenta. 2020 está siendo malo y el equipo se muestra muy inseguro, por eso necesita un golpe de fortuna que venga acompañado de buen fútbol para reforzar una moral que está muy tocada. Hay que apoyar al Valencia en esta situación límite y confiar en que el partido ante el Atalanta represente un punto de inflexión.