Si el fútbol es un estado de ánimo, ayudemos al Valencia

El fútbol es un estado de ánimo, dice el tópico. Y lo cierto es que como tantos tópicos, encierra una gran parte de verdad. Cuando crees que puedes ganar, cuando te lo crees, incluso aun cuando el rival pueda ser un punto superior a ti, terminas llevándote la victoria, porque la fe en uno mismo iguala muchas cosas. La Champions League y el Valencia tienen una historia curiosa, que pasa porque tener ansiedad por jugarla cada año, sigue porque luego eres el gran favorito del grupo o no pasas ni de broma (según el mes), y que continua, si en febrero sigues en competición, con que te toca el equipo que quieres en el sorteo de diciembre pero cuando luego llega el momento de jugar nos entran a todos los sudores fríos. Y los transmitimos, algo que no tiene sentido.

Me gustaría ver a la ciudad respirando optimismo, respirando positividad, pero que sea verdadera, no puro postureo. Por encima de las bajas, de las lesiones, de los estados de forma, de los errores y de los ciertos recientes, de la imagen del equipo en los últimos partidos jugados lejos de Mestalla. Hoy jugamos fuera, vale, pero este fútbol es distinto al de hace años, lo hemos dicho muchas veces. ¿Nos pensamos que los jugadores no leen las redes sociales? Son horas y horas concentrados con muy poco más que hacer. A ellos les llega lo bueno y lo malo, y tengo claro que el resultado no cambiará por unos tuits o unos mensajes, pero generar confianza. Positivizar el estado de ánimo, eso no tiene precio. Y ahí, jugamos todos.