Desconfiar de la plantilla del Valencia es una barbaridad: no nos dejéis con el trasero al aire

Podemos y debemos confiar de forma absoluta en la plantilla del Valencia. Lo decía antes, lo digo ahora y lo diré mañana, eso sí, rezando ahora mismo porque no me dejen mal por causad externas o alguna mala influencia que se pase de la raya. El duelo por Marcelino, perfectamente lógico y que sólo se entiende en toda su plenitud dentro del vestuario (es decir, fuera no lo acabaremos con comprender, y eso no es malo), ya ha pasado, porque no puede ni debe seguir, porque no es profesional ni sensato, y por supuesto es absolutamente negativo y nocivo para todo y para todos. El cambio es brutal, desde luego, pero esto es fútbol siempre, para lo bueno y para lo malo.

Dudar de este grupo es injusto, al menos a día de hoy, aunque algunos el pasado sábado parecieran futbolistas aficionados que estaban más en otra cosa que en su trabajo. Pero eso nos ha pasado a todos más de una vez y más de dos, aunque es posible que no hubiera cientos de miles de personas viéndonos por la televisión y siendo nosotros los que representáramos un sentimiento. El duelo, como digo, es necesario pero tiene una caducidad, que ya ha vencido. Y ahora, volver a lo mismo, no tendría sentido y haría que las críticas se empezaran a repetir entre el palco y el césped, y eso sería aún peor para todos. Confiemos en esta plantilla. Y plantilla, no nos dejéis mal a los que pedimos que se confíe en vosotros de forma absoluta.