Un derbi de Valencia: una historia que los de mi edad no conocen

Un derbi de Valencia: una historia que los de mi edad no conocen. Nací en 1974, es decir, me van a caer, si Dios quiere, 45 palos este mes de junio. Y eso, traducido al fútbol, significa muchas cosas: el primer título lo viví con 25 años, el ascenso a Primera fue un icono durante muchos años, lo mismo que fue un trauma insoportable el descenso, y el primer derbi de la ciudad, de verdad, en Primera, lo vi con 30 años. Esto quiere decir que no he (mi generación) cultura de estas cosas, y quizá por ello nos cuesta verlo como realmente es. Desde aquel lejano 2004, el Levante ha estado casi siempre en la máxima categoría del fútbol español, y los chavales de 20-22 años han crecido viendo este encuentro mínimo dos veces all año con regularidad. Otro mundo en definitiva.

No se trata ahora de que todos comprendamos qué es un derbi, lo que significa para la ciudad y todas estas cosas, porque a estas alturas esto ya está superado. Simplemente es algo a lo que se le debe dar la importancia que merece, que cuando jugamos contra el Levante es mucho mejor que cuando lo hacemos contra cualquier otro equipo, porque hay un pique en la ciudad que es la esencia del fútbol. A mi personalmente me encanta calentar a mis amigos grandotas, y que ellos hagan lo mismo, porque es precioso si a nadie se le va la cabeza, que es algo que también tendría que estar más que asimilado. Vamos a ganarles hoy 6-0, y que mi amigo Paco López y mi compañero de Falla Quico Catalán me perdonen, pero que el año que viene podamos volver a ganarles igual. Sería bueno para todos, que a nadie le quepa ninguna duda.