Voro, entrenador del Valencia apretando un botón
Su nombre vuelve a ponerse encima de la mesa como si eso de ser técnico de la élite fuera apretar a un botón y que todo fluyera

Salvador González Marco, Voro, entrenador del Valencia. Y ale, ya está todo arreglado. Porque esto de ser técnico de un equipo de élite es apretar un botón y ya está, eres un fenómeno que estás por encima del bien y del mal. Voro es Voro, y sin figura ya ha sido utilizada demasiadas veces para apagar fuegos, arriesgando su prestigio bien ganado durante años. Ha tenido que sacar el club de más de un apuro, especialmente en 2008, después de ganar la Copa (con una plantilla de caerse para atrás), y en 2016, cuando la cosa estaba peor que nunca después de la etapa de Neville. Pero Voro es Voro, no es un hombre milagro. Puede coger al equipo un partido, dos, pero no más. Y de nuevo se pasará por alto la promoción interna dentro del club. Desde Óscar Fernández, en 2007 tras ser cesado Quique Sánchez Flores, sólo un entrenador del filial ha subido al primer equipo aunque haya sido de forma puntual, Nico Estévez.
Peter Lim puede cesar a Marcelino como entrenador del Valencia en las próximas horas https://t.co/CussGEQlli pic.twitter.com/5ZpjIKZUM3
— locos por el fútbol (@locosvcf) 6 de enero de 2019
Aquí ya se pasea la cabeza de Marcelino como si eso fuera a hacer que los goles cantados que se fallan entraran, o que los errores defensivos se curaran de repente, o que las lesiones desaparecieran de un plumazo. Todos llevamos un “Gil y Gil” en la sangre, eso está claro, pero no tomamos las decisiones dentro de un club, sólo las valoramos, y siempre en función del resultado, decimos que son buenas o malas. A Voro le tengo un gran aprecio personal porque un gran tipo, muy buena gente, y si hace un cese será el relevo temporal, pero vamos a ser todos un poco más seremos porque se nos llena la boca de decir que esto es el Valencia y que hay que jugar la Champions, y luego decimos cosas que son para salir corriendo.