Jordi Mestre no conoce Mestalla ni el Valencia, pero tampoco al Barcelona ni al Nou Camp

El directivo del Barcelona, queriendo dar un palo a Javier Tebas, pierde el norte y se lo acaba dando al Valencia y a su afición

Toni Hernández | 26 OCT. 2016 | 11:45

No tengo el gusto de conocer al señor Jordi Mestre, directivo del Fútbol Club Barcelona, un grandísimo club que debe tener dirigentes que estén a su altura y no que pisen su historia y su prestigio con declaraciones más propias de un niñato malcriado que de alguien con responsabilidad en una de las instituciones deportivas más importantes del mundo. Decir que en Mestalla el ambiente era hostil, o que en el palco debían dedicarse al pressing catch es no conocer el estadio del Valencia, algo que podríamos pasar por alto aunque la ignorancia es grande, pero lo que no tiene perdón es no saber no lo que pasa en su casa, porque claro, cuando el Barcelona recibe al Madrid en el Nou Camp se les tira pétalos de flores y amablemente se dirigen al equipo rival los 100.000 aficionados que suelen llevar el campo. Claro, por supuesto, faltaría más, porque el cochinillo y el día que Figo jugó allí por primera vez con el Madrid nunca pasó, y porque Neymar sólo ha teñido problemas de este tipo en Mestalla contra el Valencia, por supuesto que sí.


Los dirigente de los clubes, además de todo, tienen una responsabilidad social con respecto a los aficionados, y no pueden cargarse el prestigio de sus clubes por calentones paletiles que no responden a la verdad ni tienen pies ni cabeza. El Barcelona puede quejarse por la lesión de Iniesta sin acusar de criminal a Enzo, porque mañana eso lo hace un jugador del Barça y tendrán un problema. Pueden quejarse por el lanzamiento de una botella, que aunque sea un menor y este arrepentido no tiene razón de ser y es un hecho condenable, lo mismo que Neymar insultando a la grada o los jugadores haciendo de Bolós humanos en una imagen que pasará a la historia de las vergüenzas ajenas del fútbol español. El señor Jordi Mestres, como cualquier directivo, haría bien con arreglar su casa y no mirar en la de los demás, especialmente si no la conoce. Por cierto, como he leído esta mañana, ¿qué pensarán Cañizares y Albelda de estas declaraciones?