El Valencia no puede aceptar ni circos ni a niñatos
Un club debe ser fuerte en todos los aspectos y sobre todo no dejar que un jugador esté por encima de él, porque las personas pasan, pero el club se queda, siempre

El Valencia Club de Fútbol cumplirá 100 años Dios mediante en 2019, dentro de tres, y si ha llegado a esta edad, primero es porque su arraigo social ha estado por encima de todo, y sus aficionados, sus seguidores incondicionales, han estado en las buenas y en las malas y lo han hecho grande primero y gigante después. Pero además, la grandeza radica en que el club debe estar por encima de todos los que puntualmente pasan por él, desde dueños a presidentes, desde jugadores a directores generales. Nadie debe estar por encima, algunos lo han estado, y eso es pecado mortal, jamás debe pasar, nunca se dejar que ocurra. Dani Parejo no puede ni debe ser una excepción, pero el club tampoco puede montar un circo: se quiere ir, que traiga una oferta y se haga rápido, sin dolor, y especialmente sin hacer el ridículo, y menos el Valencia.
No se puede estar asistiendo a dos días de un número que el Valencia no se merece. Parejo está fuera aunque se termine quedando, porque con todo, si ese chico salta a Mestalla vestido de blanco y negro, le pueden pitar más que al contrario, y con razón. Y eso no, porque el equipo, el club, está por encima, muy por encima. Si alguien olvida dónde está, como le ha pasado a Parejo, se le recuerda, pero no se forma un show. Dos días apartado, ante la mirada de todos, con el club en boca de todos. ¡Que no! Que se le manda a casa, que el Sevilla, o quien sea, traiga la oferta. Y como sea barata, comerá hormigón de grada hasta reventar, porque no puede volver a vestir la camiseta del Valencia. Y como esto es un hecho, ¿a qué estamos esperando? ¿Otro día más haciendo el indio? Casi 100 años de historia no se lo merecen.