Peter Lim no estuvo en Mestalla, la plantilla no era tan mala y el Valencia ganó

Se había especulado con que vendría al partido contra el Sevilla, aunque el Valencia lo había negado desde el primer rumor

Toni Hernández | 10 ABR. 2016 | 22:23

Peter Lim es el dueño del Valencia, del que el personal sólo se acuerda cuando se pierde, que todo el mundo dice necesitar en los momentos de crisis, pero que cuando se marca un gol en el 91, precisamente Álvaro Negredo, uno de sus fichajes más criticados, ahí ya da igual que haya venido o no, que esté o deje de estar, o que haya visto o no el partido en Singapur. Porque esto, primero es fútbol y depende de un balón que no habla, y segundo porque el dueño tiene a su gente de confianza, y el Valencia unos empleados que se dejan los bemoles todos los días en un trabajo oscuro, que nadie agrademos nunca y que siempre recibe palos hagas lo que hagas. Es una de las muchas que he aprendido al frente de un club profesional estos cuatro años. La afición necesita tener un club fuerte, como lo tiene ahora mismo, que lo demás lo ponen ellos.

El dueño del Valencia ha puesto 200 millones y ha tenido buenas decisiones y muchas otras malas y erróneas. Me hace gracia, por no decir otra cosa que estoy moderado, cómo se demoniza su figura o se ensalza en función del resultado de un partido. Es curioso porque el trabajo es el mismo, el de Lay Hoon y Kim Koh, que ES GESTIONAR UN CLUB. Hablamos de esto como si fuera fácil, o como si alguno de nosotros lo hubiera hecho alguna vez en su vida. Os contaré a todos un secreto: cuando se gana y cuando se pierde, el trabajo es el mismo. Si, no lo creáis, si da lo mismo, pero así es.

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Ahora García Pitarch, que me parece un buen profesional con sus cosas, ha inventado la pólvora. Suso tiene una cosa muy buena, conoce la ciudad y el entorno. El gol de Negredo “lo ha metido él”, pero cuando firme a dos que no vayan cara al aire, porque esto es fútbol y pasa, todos los que hoy le pasan la mano por la chepa le darán por encima de la cabeza. Y el trabajo será el mismo. El del dueño, el de su equipo, el de los empleados. El de todos.

No queremos ver, no queremos medir, pero la prensa no somos los aficionados, somos la prensa, los que informamos, no los que decidimos o incluso hasta opinamos. Adoctrinamos, queremos hacerlo, desde un púlpito que no existe. Ni entendemos qué Valencia hay ahora mismo, no nos interesa porque no tenemos acceso al que manda para poder pedir, para poder “negociar” con él, y eso despista, y por eso le damos cuando no está delante, aunque cuando lo ha hecho, los selfies de periodistas con Peter Lim eran el pan nuestro de cada día. Se calentó el tema diciendo que venía, CUANDO EL VALENCIA LO NEGÓ DESDE EL PRIMER DÍA, Y TODOS LOS SABÍAMOS, se le echó en cara el sábado, y el domingo por la tarde, a eso de las 18 horas, ya nadie se acordaba…