Rubén Baraja será el entrenador del Valencia, pero no ahora

Rubén Baraja será el entrenador del Valencia, pero no ahora. El Pipo es uno de los mejores jugadores de la historia, uno de los más importantes que ha tenido el club, y símbolo del mejor equipo de todos los tiempos, siendo el capitán junto a David Albelda, y desde que Manolo Llorente lo retiró en 2010, lleva preparándose para ser el entrenador de Mestalla, primero con Gregorio Manzano en el Atlético de Madrid, después completando su formación de nivel 3 en Huracán, y más tarde siendo el director técnico del División de Honor Juvenil del Valencia, para acabar firmando por el Elche, estando en Primera, pero acabando por jugar en Segunda. Su destino está escrito hace tiempo, pero todo tiene su proceso. No es la primera vez que sale su nombre, ni será la última, para hay que madurar las cosas para que salgan bien.

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A pesar de trabajar en Elche, Rubén y su familia siguen viviendo en Valencia, en su casa del centro, la misma donde vivían cuando era jugador. Sigue teniendo los mismos amigos, doy fe, y sigue preocupado el día a día del club, porque aunque la vida le hizo nacer en Valladolid, luego le puso en nuestra ciudad, le hizo de ella para siempre, y de aquí ya no se moverá jamás. Y aunque el equipo de su tierra le tira, él es valencianista hasta la médula, porque lo siente, lo entiende y forma parte de ese sentimiento. Y además de todo eso, en el tiempo que lleva entrenando, está demostrando ser un técnico preparado. "Quizá por ser Baraja pueda tener más oportunidades que otros, pero también por ser Baraja me van a exigir más que a otros". Tiene claro quién es en todos los sentidos. Y nunca pierde el norte, ni la calma, ni las perspectiva. Ni yo soy neutral hablando de una persona a la que le tengo un enorme cariño y un gran respeto.

Que uno de mis mejores amigos en el fútbol fuera el entrenador del Valencia sería un orgullo, y lo será pronto, pero no tanto. Cuando Rubén llegue al club será para hacerlo campeón, para luchar por ser el mejor, y para eso, él quiere ser uno de los mejores, y aunque está en el camino, todavía le queda trecho que recorrer. No obstante, hay una cuestión que nadie puede obviar, y que va dentro de ese gen valencianista que tiene el Pipo: si el Valencia, a él, le llama de verdad, algo que NO ha pasado, no sabría a ciencia la respuesta hoy. Hoy, mañana es posible que si la supiera.