No matemos la ilusión del valencianismo, eso sólo lo puede hacer el balón

Las guerras, los egos y las fanfarronadas pueden esperar al jueves por la noche, antes hay un partido que ganar en el santuario de Mestalla

Toni Hernández | 15 MAR. 2016 | 10:43

Mi momento del año son las Fallas, son mis vacaciones, los días en los que mi mente se apaga, o lo intenta, pero este año, por muchas cosas, está encendida, porque he vuelto a primer línea del periodismo, porque hablar del Valencia es de nuevo el eje de mi vida profesional, y porque el día de la Ofrenda, a la mejor falla del mundo, Conde Salvatierra – Cirilo Amorós, le toca pasar a rendir homenaje a la Virgen de los Desamparados a la misma hora del Valencia – Athletic de Bilbao en Mestalla, con lo que tendré que burlar la vigilancia de Junta Central para poder seguir el partido. Y como yo miles de valencianistas, porque la ilusión sólo la puede matar el balón, ni dirigentes, ni jugadores, ni entrenadores, ni contadores de cosas.

Hay más de 30.000 entradas retiradas para el jueves, y eso hace pensar que el lleno está asegurado. Y no creo que esos 54.000 que van a ir a Mestalla vayan, antes de empezar, con ganas de pitar al equipo, de llamarles de todo (aunque podrían), sino a ganar, a pasar y a disfrutar de lo que más nos tendría que gustar a todos: ver ganar a nuestro equipo. Sé que hay muchos esperando que se pierda, que se caiga. Sé que hay artículos preparados para cuando eso suceda, apuntando a matar a Lim, a Neville, a Lay Hoon… vamos, a todos los que se hacía la pelota hasta hace bien poco, pero que como no dan nada, ni dinero ni exclusivas, si pierden, a por ellos, porque le medio plazo no importa, es el aquí y ahora, y sobre todo, nadar a favor de corriente.

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El valencianista, y aquí la culpa la tiene el club por no informar de forma abierta y hablar con la gente de manera cercana, tiene ganas de sangre. Porque está cabreado, está frustrado, ve a su equipo que no haga, encima hace el ridículo en partidos como el del Levante, que duele más, y eso no lo permite, porque es más duro que quedarse fuera de Europa, que el orgullo está para algo. Y aquí, cuando uno va en contra de los que mandan, un poco porque no piensan igual, y otro poco porque no les dan lo que otros si les daban, hace que todo el mundo esté listo para prender la mecha.

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Y lo gracioso es que nadie sabe qué consecuencias tendrá, pero lo importante es que todo vaya por el aire, “després ja vorem”. Muy nuestro el pensamiento, sin duda, aunque absurdo. La ilusión sólo la mata el balón, cuando no le da la gana entrar. Y eso sabemos que no depende solo de los merecimientos, sino de muchos factores que nadie controla. Por eso en el fútbol hay tanto emboscado, tanto mediocre escondido esperando su momento, porque no depende de él. El Valencia debería caer el jueves, eso dice la lógica, pero esa señora de fútbol no entiende, y si al equipo le da por ganar, y por pasar, la ilusión seguirá intacta. Los problemas también, y Neville y la plantilla seguirán siendo lo mismo, pero con una sonrisa, la misma situación, siempre se ve mejor.