El futuro mental del Valencia pasa por San Mamés y la Europa League

El Valencia empieza 180 minutos en Europa League contra el Athletic de Bilbao que son más importantes de lo que pueda parecer, porque el club de Peter Lim, el equipo de Gary Neville, y el corazón de cientos de miles de valencianistas necesita, y merece, una alegría después de un año para olvidar por todo, que empezó en Champions League con toda la ilusión del mundo, y que poco antes de Fallas está con el susto y el disgusto en el cuerpo, con Mestalla de mal humor, pero con la posibilidad real de hacer algo que pueda cambiarlo todo a positivo, que ya sería un logro importante. Y todo empieza por conseguir un buen resultado en San Mamés, en la ida de los octavos de final de la Europa League, una ronda por cierto que el Valencia ha pasado siempre en competición continental.

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No se gana en San Mamés, contando el viejo y el nuevo, porque en este último no se ha conseguido la victoria todavía, desde el 18 de marzo de 2012, es decir, hace casi exactamente 4 años, casi en plenas Fallas, como en aquella ocasión, con el hat-trick de Roberto Soldado. Y todos imaginamos cómo vendría una victoria, y de ese estilo, en la actual situación. También estoy seguro que si hacemos una encuesta, nadie, o muy pocos, apostarían porque el equipo sale airoso, y tan airoso, del campo del Athletic. Tenemos, con razón, el cenizo en la cabeza, no vemos las cosas de forma positiva, y el fútbol, de nuevo hay que repetirlo, es un estado ánimo.

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En el nuevo San Mamés no se ha ganado nunca, pero no se ha dejado de marcar en ninguno de los 3 partidos que ha jugado el equipo desde 2013. Dos empates a 1 y la derrota 3-1 de este año, en un encuentro que el Valencia no puede permitirse el lujo de repetir, porque sería decir casi adiós a la Europa League. Y esta competición puede y debe ser la mejor medicina para el club y el entorno, la mejor pastilla contra el dolor de cabeza. Vamos a ser prácticos e incluso fríos: bajar, salvo que ganes más de aquí a final de temporada, no bajamos. A los siete primeros, mucho me temo que no llegas. Recordemos que se está a la misma distancia, 8 puntos de una cosa que de la otra. La carne en el asador toca en esta competición. Toca porque es a doble partido, porque ahí le puedes ganar a rivales que son mejores que tu si cometes menos fallos, porque el Valencia no tienen nada que perder. Es una cuestión de fe, empezando por Neville, siguiendo por vestuario, y terminando en cada uno de los aficionados que sienten este club como parte de su vida.