Gary Neville, respetado por la plantilla del Valencia, pero despreciado por el entorno

El futbolista sólo respeta al entrenador por dos cosas: porque se lo gana o porque sigue el año siguiente. A Neville le respetan.

Toni Hernández | 01 MAR. 2016 | 11:47

Cuando el Valencia gana un partido, llegamos, apagamos la radio o la televisión, le echamos un ojo a internet para ver qué dicen por ahí, un poco de redes sociales sobre todo si Barça y/o Madrid no han ganado para dar algún palito que siempre viene bien, y el valencianista descansa, tiene paz, porque además, los medios de comunicación le calentamos poco, se ha ganado, eso es lo que vale, y si se ha jugado bien o mal es relativo, si se ha merecido la victoria o no es secundario. Si además hay varias victorias consecutivas, tendemos al triunfalismo excelso, sin dar tampoco explicaciones más allás de "lo importante son los 3 puntos". Eso si, dependiendo de quién consiga esos triunfos, los miramos de reojo o con buena cara, que hasta para eso somos capaces de poner pegas. Y si el que gana no nos gusta, amigo, cuando pierde vamos a por él sin piedad, sin miramiento, "cuando ganaba era casualidad y mira ahora". También hablo en primera persona, porque con entrenadores como Quique o Unai siempre miraba raro sus triunfos. Y el que diga que no a este planteamiento, sintiéndolo mucho, le diré que miente. Con Neville ahora pasa lo mismo.

[video:https://www.youtube.com/watch?v=VQdgdD-NmJw]

He oído y leído que el Valencia no mereció ganar al Espanyol y al Granada. Y es posible que en ambos partidos hubiera ocasiones para que el rival se llevara algo y no una derrota. Pero no es menos cierto que el Valencia no mereció perder contra el Sporting o contra el Betis, donde sin hacer cosas extraordinarias, se ganó en el campo algún punto que no sumó. Incluso con alguna decisión arbitral en contra también discutible, no sé si vergonzosa como dijo Neville de Gil Manzano, pero sí cuestionable. Y curiosamente, en esos dos partidos, no hablamos de merecimientos, sino de certezas, de política de hechos consumados. Voy a decir una burrada, que sacada de contexto es más burrada todavía, pero se debe entender desde muchos puntos de vista que no creo que se llegue a comprender: como no tragamos a Neville, cuando gana no vale, y cuando pierde es que es muy burro. Si estuviéramos en el colegio podríamos llegar a decir aquello de que "mamá, me tienen manía". Y si, un poco, o un mucho, le tenemos.

[video:https://www.youtube.com/watch?v=L5_yG9qFwv8]

Quizá Neville haya hecho méritos para ello, quizá su único aval sea que es amigo del dueño, y su socio, y su hombre de confianza. Quizá, o sin quizá, no era el hombre adecuado para el banquillo, o al menos no al que muchos, yo también, hubiéramos fichado. Pero al inglés le veo serio, le veo directo, comprometido, nadie del vestuario rajando de forma evidente o o sutil de él, y en otras circunstancias los cuchillos estarían volando como si no hubiera mañana, y jugadores con motivos para estar enfadados hay. El jugador es un tipo raro por esencia, que traga o no traga, y a Neville lo tragan, lo aceptan. Quizá porque ha sido jugador de élite, porque conoce los códigos, las reglas no escritas, porque habla ese idioma que parecen entender sólo los que se visten de corto y pisan el verde. Ellos hablan, a ti te suenan las palabras, pero sólo ellos comprenden. ¿Alguien sabe lo difícil que es conseguir eso? Y sólo de dos formas: con el respeto al entrenador, o sabiendo que el entrenador es el mismo el año que viene. Anotemos la jugada.