Con una derrota en Mestalla que escuece al Valencia, un ejercicio de frialdad, y la figura de Peter Lim

La derrota contra el Sporting, que lleva la racha a 11 jornadas sin ganar, enciende, más aún, todas las alarmas, ¿pero qué hay que hacer?

Toni Hernández | 31 ENE. 2016 | 18:33

Que el Valencia perdiera contra el Sporting de Gijón en Mestalla, ni entraba en la cabeza de nadie, ni viendo el partido resulta medio normal, porque aunque el nivel debe ser muy superior, con lo que puso el equipo de Gary Neville, daba de sí para ganar fácil incluso encajando el gol de penalti, justo, que marcó el equipo del Pitu Abelardo. Vale, esto lo tenemos claro, le vamos a dar muchas vueltas, vamos a decir muchas burradas, habrá mucho periodista haciendo el Braveheart (yo lo he hecho muchas veces, no es despectivo), pero aparte de quemar la falla, ¿alguna idea más en la sala?


Porque el tema es sencillo dentro de la complejidad asquerosamente ininteligible del fútbol: si Negredo mete alguna, sólo alguna, ahora estamos insultando a todo el mundo por el mal juego, pero no se había perdido el partido ni de broma. Lo del Tiburón empieza a ser preocupante, porque se le ve desquiciado, con un sentimiento de culpa encima de la cabeza que es normal, pero no arregla el problema, aunque eso es otro tema del que hablaremos esta semana. Si alguna de las muchas ocasiones se mete, hay cabreo, pero hay puntos.

Neville es un becario, es amigo del dueño, mete, como todos, la pata alguna que otra vez, porque explicar lo que nadie puede entender es cosa de políticos, pero quizá contra el Sporting, una inmensa mayoría habría puesto el mismo once, o parecido, y habría hechos los mismos cambios, o parecidos. Es decir, se le puede dar de leche, que se hará, se puede tener más o menos razón, que algo de ella siempre habrá, pero matarlo no arregle el problema. Con Guardiola me da que Negredo no la mete tampoco.

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Cesar al entrenador y poner a otro entrenador es lícito, y en esta situación estaría justificado, ya que por menos se ha echado a técnicos más consagrados, pero convendremos, en frío, que pudiendo ser un desahogo, no es una solución. El Valencia tuvo que meterlo 4 al Sporting, pero perdió 0-1. Y eso hubiera pasado con Neville, con Benítez o con el papa de Roma. No le demos más vueltas.

Y por supuesto, porque esto es así, toca girarse al palco. Y como en el palco no está el dueño, ni cuando se gana, hay que disparar al aire para ver si le da. Lim es el máximo responsable, sin duda alguna, porque para eso pone a todos los que están, o consiente que estén. Y aquí ser fríos es más difícil todavía: se ha rodeado de gente de fútbol, le gusta el fútbol, ha apostado por un club llamado Valencia, pero se ha equivocado en ciertas decisiones. Se ha equivocado, si, y puede costar caro, él también lo sabe, porque entre otras cosas, le va a costar a él de su bolsillo. Pero querer matarlo ahora también a él me parece de película española mala de los 60. Hace 14 meses se le recibió como a un Dios, y pasado ese tiempo se le quiere matar. Vamos a ser fríos, todos, porque de esa frialdad vendrá que todo se solucione, es decir, se ganen los partidos que toca en Liga, y lo demás se verá. ¿Qué soy blando o algo peor? Sin problema, podemos matarlos a todos, y ya si eso, mañana, vemos por dónde tirar.