La historia hay que contarla entera, la de Benítez y el Valencia, y Llorente, también

Pasado ya el homenaje, merecido, y el partido, que debió ganar el Valencia, de nuevo Santi Cañizares me hace recordar cosas

Toni Hernández | 04 ENE. 2016 | 10:18

Rafa Benítez ha sido el mejor entrenador de la historia del Valencia, sin discusión, es el que más título ha ganado para el club en su historia, indiscutible también, y fue invitado por el entonces Consejero Delegado, Manuel Llorente a abandonar el Valencia, cuando la oferta que le hicieron para renovar el contrato que tenía, al que le quedaba un año más, era de un incremento del 5% de su salario.


Juan Soler, que entonces empezaba a mandar, y que en junio de 2004, antes del adiós de Rafa, ya era el dueño, cuando se enteró de cómo habían ido las negociaciones y el punto en el que se encontraban, decidió intervenir y llamó a Benítez y su mujer a casa, para hacerles una oferta mucho más acorde a lo conseguido, pero ya era tarde porque el compromiso verbal, que no escrito, con el Liverpool, ya estaba cerrado, y unos días después de despedirse en Paterna, se marchaba al club con el que 11 meses después ganaba la Champions.

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Aquel día, justo aquel día, la selección española que hizo el ridículo en la Euro de Portugal, estaba concentrada, y 45 minutos después de que Benítez dijera adiós, Albelda dijo aquel famoso “lo importante somos los jugadores y no el entrenador”. No diré que fue al dictado de Manolo Llorente, pero resultó cuanto menos curioso que hubiera una coincidencia temporal, y de discurso, tan exacta en aquel momento.

Pocos jugadores, pocos, salieron a defender al técnico. Hemos visto cómo plantillas han defendido a técnicos cuando han salido, pero en aquel momento, muchos pesos pesados no salieron a dar la cara por el entrenador. Mista, Marchena y Baraja siempre hablaron bien de él como entrenador, pero otros, como Albelda o Cañizares, o Ayala, no lo hicieron. Cada uno era muy libre de decir o hacer, aunque si se ven los nombres, las posturas, y se repasa la historia que luego aconteció, no debe sorprender nada.

De aquello ya hace más de una década, y el Valencia perdió muchos años aquel verano de infausto recuerdo, porque el recambio fue un Claudio Ranieri en modo geta, que se aprovechó del miedo que había en el Consejo por la marcha de Benítez y la trajo como queriendo atraer el espíritu de La Cartuja, y no sólo no salió bien, fue un desastre.

El tiempo desvirtúa las historias, pero hoy en día, con los medios de los que disponemos, no podemos olvidarlas. A Benítez le quedaba un año si, pero aquel consejo que presidía Jaume Ortí, que si quería renovarle, el que mandaba era Manolo Llorente, que no lo quería bajo ningún concepto, y en consecuencia actuó.