El Valencia gana en Sevilla, ¿tiramos a Nuno de igual modo?

Una victoria calmaría el entorno, como pasó en Vigo, pero ¿sería la solución definitiva a los problemas de este Valencia?

Toni Hernández | 29 NOV. 2015 | 11:12

El Valencia juega en el Pizjuán, esa tierra sagrada que lleva sin ser profanada desde mayo de 2004, cuando Vicente y Baraja marcaban los goles que daban la 6ª Liga de la historia. Demasiado tiempo, demasiados palos, demasiadas malas tardes y noches sevillanas. Esto no es el tema, al menos de este artículo. Pongámonos en lo mejor, en que se gana, si es tipo Vigo mejor, por aquello de los nervios de Unai, que el muchacho pase hora y media tranquila. Si pasa esto, ¿debería Peter Lim cesar de igual modo a Nuno?


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La pregunta puede tener miga, aunque volviendo a tomar como punto de referencia Vigo, igual no tanta. Una victoria puntual, por muy bueno que sea el rival y difícil el campo no es sinónimo, necesariamente, de que todo va a ir a mejor. Ojalá, pero no es relación causa-efecto. En el fútbol, hay momento que uno debe tener una frialdad que le aleje de la condición humana, que técnicamente lo deshumanice, porque sólo desde ese punto de frialdad se es capaz de ver las cosas de forma clara y nítida.

Si el Valencia gana en el Pizjuán, los estereotipos del fútbol dan igual, hay que ir a la raíz, al origen del problema, y atajarlo, cortarlo sin miramiento. Porque el árbol que crece torcido, aunque crezca, lo hace mal. Nuno no tengo claro si sabe, pero queda claro que no puede. Y no voy a entrar en los despropósitos de rueda de prensa que hace, faltando al respeto al aficionado, y a su inteligencia, y con esa leyenda urbana que corre: dice esas barbaridades porque a Lim le hacen traducción literal de las mismas, piensa que todo está bien, y ojos que no ven, corazón que no siente… Hasta que venga a Mestalla en 15 días.

¿Que si se gana tirarlo es de estar locos? ¿Seguro? ¿Hacemos una encuesta entre la afición del Valencia y preguntamos? Porque igual nos llevamos todos una sorpresa, o casi todos. Y si preguntáremos a los jugadores, que en público no pueden hablar, también sería curioso escucharlos. Partiendo de una base, que cuando vives el fútbol por dentro ves mucho más clara: ningún jugador hace la cama a ningún entrenador, aunque quiera matarlo. Cuando se sale a jugar se hace con un estado de ánimo, normalmente el que transmite el técnico, y ahí es donde quizá se vea lo que parece, pero que no es.

Ganar a un equipo que está tan mal como tu no es ninguna hazaña, pero puede ser un bálsamo. Apartar al técnico que te hace de ancla, y encima con 3 puntos más, viniendo la Copa, el Barça y la jornada de infarto de la Champions, con nuevos aires, puede ser un gran punto de partida. Mucho peor que estás es difícil, porque si el año acabar ahora mismo, estás fuera de la Champions y de los 4 primeros en la Liga, es decir, temporada desastrosa. Es decir, sólo se puede ir a mejor.