La primera gran noche del tridente
Ha habido que esperar hasta mediados de diciembre, hasta una fría y loca noche de Copa del Rey, para ver la primera exhibición del tridente valencianista.
Lo pudo disfrutar un estadio de Mestalla que, cuando dentro de un tiempo eche la vista atrás, recordará el sufrimiento vivido en el Valencia CF - Rayo Vallecano de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, pero también la orgía goleadora y de recursos ofensivos que protagonizaron los tres nombres que dan forma a una de las mejores delanteras de Europa. Entre Rodrigo, Alcácer y Negredo se bastaron para desarbolar a su rival en la segunda mitad, disparando los fuegos artificiales que con tanta ansía espera ver más a menudo todo el valencianismo.
Los dos primeros salieron desde el principio mientras que el 'tiburón' aguardó hasta el descanso, llamado a filas ante el 1-3 que lucía el marcador del coliseo 'ché'. Y el madrileño se marcó una jugada de potencia y desborde por la banda derecha que supuso el 2-2 nada más arrancar el segundo acto, un gol en propia del rayista Morcillo. Y, como viene siendo habitual desde que volvió de su lesión, fue una constante pesadilla para los defensores madrileños, que en la primera mitad ya habían sufrido la conexión entre Alcácer y Rodrigo cuando el hispano-brasileño se marcó una acción de clase por banda, de nuevo la derecha y recordando a una de esta temporada en Getafe, y remató al palo para que Alcácer enviase el rechace al fondo de las mallas.
Pero esto no fueron todas las 'tropelias' en las que el tridente estuvo envuelto. Desmelenado Nuno, apostando desde el intermedio por sus tres estrellas ofensivas arriba -sólo había ocurrido con anterioridad en la visita del Athletic de Bilbao- acompañadas del argentino Piatti, el Rayo Vallecano todavía tendría que sufrir en un par de ocasiones más a Rodrigo y Alcácer. Como en la jugada del 3-4, otra muestra más de la velocidad y verticalidad que tiene el ex del Benfica por banda -siempre la derecha que fue un coladero para los visitantes- y que significó otro gol de oportunista del canterano 'ché' tras un remate al palo de De Paul.
Alcácer -al más puro estilo Basilea- estuvo en casi todas, en sus dos goles aprovechando sendos rechaces al palo y en el gol en propia del Rayo cuando trató de rematar un disparo desviado de Piatti que al final se acabó introduciendo en su propia portería Morcillo. Pero no sería el de Torrent quien pondría la guinda de este pastel formado por tres ingredientes con mucha pólvora, sería un Rodrigo omnipresente quien antes de autoexpulsarse marcaría su primer tanto en jugada como futbolista del Valencia en una acción que los madrileños reclamaron por una falta previa de Mustafi a Cristian Álvarez. El árbitro no señaló nada y su zurdazo significó el definitivo 4-4, el pase de su equipo a octavos de final.
Una clara muestra de lo que pueden hacer Rodrigo, Paco Alcácer y Negredo cuando Nuno les junta en un esquema de juego muy ofensivo. Seguramente no siempre será así y las circunstancias de los partidos pueden pedir otra cosa, pero habrá más ocasiones donde se les necesite a los tres sobre el césped y cuanto antes vayan cogiendo química entre ellos mejor para el Valencia y su afición. Esa que este martes vivió al borde del infarto, pero que se marchó a casa feliz por el pase de ronda y con más ganas de ver en acción a los tres delanteros que ya provocan envidia de media Europa futbolística.