El día que Ramí incendió Granada

El Valencia regresa un año después al 'lugar del crimen', donde Adil Rami fraguó su salida del club con los pies por delante tras una monumental 'rajada'.

Paco Polit | 07 DIC. 2014 | 09:06

El Valencia regresa este domingo a Granada, donde uno de sus futbolistas protagonizó hace poco más de un año uno de los episodios de indisciplina más bochornosos de la historia reciente: Adil Rami criticó con dureza a Miroslav Djukic y a sus compañeros, precipitando su salida del Valencia por la puerta de atrás.

Todo ocurrió en un martes de locura en el que el equipo, tras la convocatoria para el choque en Los Cármenes, tomó el avión rumbo a tierras granadinas a primera hora de la tarde. Lo hizo después de que el jugador, a espaldas del club, hubiese grabado una entrevista por teléfono en la que no dejaba títere con cabeza. Tras desahogarse, cuentan testigos presenciales que se comportó con total normalidad durante el desplazamiento a Granada, bromeando en el avión como era habitual mientras los trabajadores del club no podían sospechar lo que estaba a punto de ocurrir.

La Cadena Ser emitió la explosiva entrevista a las ocho de la tarde, con el equipo recién aterrizado en su hotel de la capital granadina. Rami se había quedado a gusto con sus palabras, especialmente al hablar de su entrenador: "No quiero hablar del míster. Es el capitán del barco pero ya veremos donde está a final de temporada. Mi relación con él no es buena, creo que Djukic no habla a la cara, me dijo que yo podía ser uno de los mejores centrales de Europa y de momento no lo está demostrando, explotó. También cargó contra algunos de sus compañeros: "Esta temporada hemos perdido a gente como Albelda, Soldado o el ‘Tino’ Costa. Creo que en el vestuario del Valencia ahora mismo sólo hay ‘pelotas’ que no dicen las cosas a la cara".

Las redes sociales y la tecnología hicieron el resto: apenas unos minutos después de la emisión de la entrevista, las palabras de Rami retumbaron en las paredes del hotel de concentración en Granada. La directiva y el presidente Amadeo Salvo montaron en cólera. La plantilla se encontraba cenando en ese momento, pero al acabar los jugadores no subieron a sus habitaciones: en lugar de eso, Djukic y su cuerpo técnico reunieron a los futbolistas en el salón y, con Rami presente, leyeron al resto de la plantilla en voz alta las frases más destacadas de su intervención. La tensión se podía cortar con un cuchillo. Las miradas de los jugadores que se sintieron aludidos -algunos de ellos, capitanes en el equipo- hacia el central galo eran asesinas.

Djukic ya había discutido el asunto previamente con Amadeo Salvo, así que anunció a la plantilla ahí mismo su decisión: Rami quedaba expulsado de la concentración, curiosamente en un partido en el que el francés iba a ser titular. Ni siquiera se esperó al día siguiente: el galo fue invitado a marcharse inmediatamente del hotel, con lo puesto, rumbo a otro hostal cercano al aeropuerto de Granada mientras el delegado Voro llamaba de urgencia a Oriol Romeu para que tomase un avión la mañana siguiente y se incorporase de urgencia a la expedición. Con el rabo entre las piernas aunque pensando en que sus palabras no habían sido tan graves, Rami se marchó del hotel tras haber causado uno de los mayores incendios que se recuerdan en los últimos años.

Horas después, Rami aparecía a las seis de la madrugada para coger en el aeropuerto granadino el enlace hacia la capital de España. Allí estaban los periodistas desplazados con el equipo, que recibieron también el 'cariño' verbal del central -"¿vuestro trabajo qué es, molestarme a las seis de la mañana?"- y un manotazo a la cámara de un operario que grababa su salida desde la terminal. Rami voló a Madrid y, desde allí, tomó un AVE hasta Valencia. A su llegada, la presencia de medios en la estación era masiva, aunque el jugador no realizó declaraciones a su llegada. Mientras, en la concentración, la decisión estaba tomada: una falta de respeto de semejante calibre con el club, entrenador y compañeros no podía quedar impune.

El resto, como suele decirse, es historia. El Valencia, tras escuchar el arrepentimiento del jugador días después en una reunión con Salvo, Luis Cervera y Braulio Vázquez, suspendió una semana de empleo y sueldo al futbolista, además de apartarlo de la disciplina del grupo para no intoxicar el vestuario. Los abogados del club trabajaron conjuntamente con los del galo para buscar una salida al defensa. Finalmente, veinte días después de una de las mayores 'rajadas' de la historia reciente del Valencia, Adil Rami abandonaba el club un 17 de octubre rumbo al AC Milan, donde se ejercitó durante mes y medio hasta poder debutar tras la apertura del mercado invernal: el jugador pasó seis meses cedido en Milanello, y firmó definitivamente como nuevo jugador 'rossoneri' en verano de 2014. Quizá, piensan en el Valencia, lo que siempre deseó y lo que buscaba provocar cuando faltó al respeto a la entidad que le dio a conocer en Europa.

Lo único positivo de aquella infausta última visita a Granada fue, precisamente, el resultado cosechado en Los Cármenes: una victoria sobre la bocina (0-1) gracias al gol anotado en el minuto 93 por Jonas Gonçalves... quien era, en aquel momento, uno de los mejores amigos de Rami dentro de la plantilla. Paradojas del destino.