Levante-Valencia de la Copa del Rey 1984-85

Fue el primer derbi tras el descenso granota

Jose Hernández | 28 FEB. 2013 | 12:34

La Copa del Rey 1984-85 significó para los dos clubes más importantes de la ciudad de Valencia la posibilidad de verse las caras en competición oficial una vez que en 1965 se consumó el descenso del Levante a segunda división.

El Valencia Club de Fútbol gozaba de una buena trayectoria en la liga antes de afrontar la eliminatoria con su vecino de la capital. Terminaba de sacar un valioso empate del Camp Nou, terreno muy complicado ese año ya que el Barça de Venables comenzaba a mostrar signos de su evidente superioridad. Al Valencia lo entrenaba un viejo conocido de la casa, Roberto Gil.

En la visita a Barcelona sorprendieron a los catalanes con un juego atrevido y valiente que hizo que se adelantaran en el marcador gracias a una buena acción de Saura. El extraordinario encuentro de Roberto ahogó a la estrella del Barça Bernd Schuster, que fue anulado en todo momento por el batallador centrocampista castellonense.

A pesar del trabajo valencianista, ese Barcelona era un equipo muy duro y presionó para obtener el empate, resultado que finalmente consiguió gracias al oportunismo de Archibald, que remató con precisión un despeje muerto de Sempere.

El Valencia quedaba segundo en la clasificación general de la liga a tres puntos del Barça y empatado con el Real Madrid. El Levante por su parte medía sus fuerzas en otras batallas muy diferentes; asentado en la segunda división B, disputaba una categoría en la que compartía grupo liguero con equipos tan dispares como el Rayo Vallecano, el Alcoyano o el Badajoz.

No eran buenos tiempos para el club "granota". Lejos de los primeros puestos, ocupaba la séptima posición de la liga antes de jugar contra el Valencia en copa.

Un resultado positivo frente al Talavera 4-1, oxigenó la moral de los hombres de Evaristo Carrió, que estaba dispuesto a ponerle las cosas muy complicadas al Valencia y manifestó antes de jugar: "Mi equipo jugará para ganarle al Valencia, nos conocemos de sobra y sabemos de nuestras virtudes y defectos, el Valencia es un equipo equilibrado en sus líneas. Mi equipo juega rabiosamente al ataque y volverá a jugar de ese modo".

El entrenador del Valencia en cambio, se mostraba mas cauto y prudente; Gil dijo a la prensa: "La superioridad hay que demostrarla en el terreno de juego". Parte de la desconfianza del técnico valencianista venía motivada por el hecho de que afrontaba el trayecto al estadio del Levante con alguna baja sonada que modificaría el once habitual del Valencia.

Wilmar Cabrera y Adjutori Serrat no podrían estar por lesión, mientras que Roberto Fernández, tras el esfuerzo realizado en el Nou Camp, ni siquiera entró en la convocatoria ya que Roberto Gil prefirió darle descanso de cara al partido de la selección española días mas tarde; choque para el que estaba citado.

El Levante no pasaba por un buen momento económico, por esa razón el partido fue un bálsamo perfecto para las maltrechas arcas del club. Se esperaba sacar una buena recaudación y a la vez permitir que el estadio presentase una gran entrada. Se colocaron precios populares pero los abonados tuvieron que pasar por taquilla y pagar de 200 pesetas la entrada más asequible a las 1000 por la localidad más cara. Los precios para el público general fueron un poco más elevados, entre 600 y 1200 pesetas.

Con un estadio a punto de llenarse y un ambiente casi de gala, se presentaron los dos equipos en la línea de salida del enfrentamiento. La ciudad permanecía atenta a las evoluciones del choque y la expectación era máxima.

El Levante salía de inicio con Campillo, Toni, Gerardo, Óscar , Agustín, Zapata, Carrazoni, Latorre, Claudio, Albión y López Ufarte.

El Valencia ambicionaba conquistar el Nou Estadi con los siguientes hombres: Bermell, Arias, Tendillo, Castellanos, Palonés, Subirats, Fernando Gómez, Jon García, Quique Sánchez Flores, Granero y García Pitarch.

No hubo color sobre el terreno de juego. El Levante puso mas corazón que efectividad y se vio incapaz de superar el tremendo mazazo que supuso para ellos encajar el primer gol muy pronto.

En el segundo minuto de partido, el Valencia disfruta de un corner que sacan Granero y Palonés en corto; el balón llega al área y aparece Subirats para silenciar el Nou Estadi valencianista.

El partido se calentó de forma notable tras el segundo tanto "ché". El joven Fernando Gómez, que había llegado a la disciplina del primer equipo el año anterior, establecía con clase el tanto que ponía ya, demasiado terreno entre el Levante y el Valencia.

El partido se calentó a partir de ese momento. Un acelerado y nervioso García Pitarch agredió al levantinista Gerardo, mientras varios jugadores del Levante asumieron con poca deportividad una justa derrota a tenor de lo visto sobre el campo.

A poco de iniciarse la segunda mitad, el Levante parece volver a tener opciones en el duelo. El delantero Claudio Barragán, que alcanzaría después una gran popularidad como ariete goleador en el Deportivo de la Coruña, establece en el minuto 7 de la reanudación el 1-2.

Pero muy poco dura la esperanza para los levantinistas. Nuevamente Fernando, esta vez tras rematar un gran balón de su compañero Subirats, marca para los visitantes cinco minutos después. Palonés cerraría la cuenta de una derrota durísima para el equipo de Evaristo Carrió. El 1-4 final ponía de manifiesto la gran superioridad "Ché" ante sus vecinos "granotas" y dejaba que la lógica diferencia de categoría reinara en el choque.

El partido de vuelta vino marcado por la salida de Claudio del Levante. Pocos días antes del partido, el club levantinista traspasó al delantero al Elche por una cifra cercana a los 10 millones de pesetas. Sin Claudio y con otras bajas significativas, se disputó el encuentro de vuelta, donde el Valencia vuelve a marcar muy pronto por mediación de Urruti.

El encuentro presentó poca competividad y el Valencia se impondría por 2-1, pasando de esa forma a la siguiente eliminatoria de la copa del Rey. Pasarían nada menos que 15 años para que Levante y Valencia volvieran a enfrentarse en partido oficial.