Frank Arnesen, la estrella estrellada del Valencia

El danés llegó en 1981 y pudo brillar más

Jose Hernández | 27 DIC. 2012 | 09:10

El danés Frank Arnesen firmó por el Valencia Club de Fútbol al inicio de la temporada 1981-82, siendo un futbolista dotado de una gran técnica individual y que creó grandes expectativas en sus inicios. Las lesiones lastraron su breve paso por la entidad, y hoy recordamos su figura.

El 22 de Agosto de 1981, Mestalla se viste de gala. En una calurosa noche de verano, el Valencia se enfrenta a la selección argentina en un encuentro amistoso que genera un gran entusiasmo. Se vivía la fiebre por el Mundial 82 que tendría a la ciudad del Túria como una de las grandes protagonistas del torneo un año después. En la pretemporada de aquella campaña atípica, los valencianos llegaron a enfrentarse a tres selecciones nacionales: Honduras, Hungría y el mencionado conjunto albiceleste. Los suramericanos llegaban con toda la artillería preparada, con la joya codiciada por el fútbol europeo Diego Armando Maradona, con Ramón Díaz, Enzo Ferrero o Daniel Pasarella, pero los flashes de las cámaras y el pálpito de los corazones iban a tener un solo protagonista, Mario Alberto Kempes. El público de Mestalla le recibió con una sonora ovación, un gesto que premiaba al líder de la última generación dorada del club. Aquel día, con la camiseta de la selección de su país, Kempes jugaba por primera vez en Valencia desde que abandonara el club pocos meses antes.

El Matador no pasaba por un buen momento. Jugó tan solo 45 minutos de un amistoso en el que las estrellas dirigidas por Menotti se encomendaron a los héroes del mundial juvenil de Japón 79, Ramón Díaz y sobre todo al nuevo genio de la liga argentina. Maradona protagonizó una jugada de clase, de instinto y talento que terminó significando el único tanto del encuentro. Aquella noche del regreso de Mario Kempes y la pequeña decepción por la derrota, la afición valencianista terminó de elegir a un nuevo referente; Frank Arnesen se ganó de forma definitiva la confianza de la grada. No marcó, pero sus galopadas y fantasía demostraron que el Valencia había firmado a un auténtico crack. Llegó a Valencia procedente del Ajax holandés, aunque el club presidido por Ramos Costa tuvo que desembolsar una cifra altísima por contratarle. El montante de la operación ascendía a los 100 millones de pesetas. Tiempo atrás se espesculó con su incorporación al Atlético de Madrid. Finalmente el club del Manzanares presidido por el excéntrico Doctor Cabeza, se decantó por el fichaje del mexicano Hugo Sánchez por una cifra considerablemente inferior a la invertida por el Valencia en la estrella danesa. (Vídeo, vía Ciberche.net)

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Era un gasto excesivo, pero el club estaba convencido de que las nuevas contrataciones (con Arnesen llegó el austriaco Kurt Welz), permitirían al club ascender un peldaño más. A la postre se demostró que el exceso, unido a las deudas generadas por las obras de remodelación del estadio para la Copa del Mundo, serían el caldo de cultivo que terminaría hundiendo al Valencia económica y deportivamente. Del club había salido Mario Kempes, pero también Fernando Morena con dirección al Peñarol uruguayo. La parcela de ataque debía ser reforzada, e incluso sonó para la delantera el nombre de Pichi Alonso, descartado en última instancia.

En pretemporada Frank ilusionó a la parroquia ché, y se esperaba con entusiasmo el debut liguero de los hombres de Pasieguito. Pero Arnesen tardó un tiempo en estrenarse en el campeonato de la regularidad, no por culpa suya ni de las denostadas lesiones que terminarían marcando su paso por la entidad; el motivo fue la huelga de futbolistas que paralizó el inicio de la liga. El danés jugó el 21 de Septiembre en el estadio de la Romareda de Zaragoza vestido con los colores de la senyera. El equipo perdió, aunque Arnesen pudo tomarse venganza una semana más tarde en su debut en casa ante el Valladolid. Salió ovacionado y convertido en el nuevo ídolo de la afición.

Las actuaciones del delantero se movieron en la línea del equipo. La irregularidad fue la tónica general del Valencia en la primera parte de la temporada. Victorias espectaculares como el 4-0 al Athletic de Bilbao o el 5-1 al Hajduk Split, convivieron con actuaciones muy poco decorosas. El equipo estuvo muy cerca de ser eliminado en el partido de vuelta ante los croatas, y solo un gol de Saura evitó el KO con el 4-1 final. Se llegó a navidades en una situación crítica, con el técnico al borde del precipicio y con ganas de abandonar la nave. Otra derrota ante el Sevilla en un partido donde Arnesen estuvo desaparecido, encendió las luces de alarma.

Curiosamente, en aquella temporada hubo jornada entre los días de navidad y año nuevo; una situación atípica motivada por la escasez de fechas por culpa del mundial. El 27 de Diciembre se recibe al Hércules de Alicante con un ambiente enrarecido. El equipo ocupa la parte media de la tabla y la afición silba a los jugadores. Un espectador de excepción presenció aquel encuentro, nada menos que Mario Alberto Kempes, otra vez el Matador en Mestalla. El argentino pasaba las vacaciones navideñas en Valencia, y muchos reclamaban su regreso. Terminaba de proclamarse campeón de Argentina jugando para River Plate con aquel histórico gol a Ferro Carril Oeste (donde jugaba Héctor Cúper por cierto). El Valencia ganó, pero a Pasieguito le restaban días en el banquillo.

Manolo Mestre se hizo cargo de la situación, el de Oliva de nuevo ejercía de apagafuegos, y consiguió apaciguar en cierta medida el temporal. A Arnesen también le sentó bien el cambio de año, aunque estuvo presente en el ridículo producido en Gijón en la Copa del Rey, en un encuentro en el que los rojiblancos vencieron al Valencia por seis goles a uno. Arnesen creció a medida que se acercaba el final de temporada, tiraba bien los penaltis y cada vez se convertía en un jugador de mayor peso. Finalizó la temporada 1981-82 con 13 goles y en una clara línea ascendente. Con la llegada de la nueva campaña su futuro se oscureció por completo, y eso que no pintaba mal el equipo: volvió Kempes, tras la insolvencia de River en los pagos. Con Arnesen arriba y la calidad de Solsona, Saura o Tendillo detrás, el equipo podía de nuevo aspirar a cosas importantes... se terminó salvando milagrosamente del descenso en el último partido con aquel gol de Tendillo que de paso, le arrebató la liga al Real Madrid de Di Stefano.

Pero la participación del danés fue nula, ya que en el verano de 1982 se lesionó el menisco en un entrenamiento. Cuando parecía preparado para retornar se descubrió que la lesión era más grave y tuvo que volver a ser intervenido. Se paso el año en blanco y al finalizar la temporada fue vendido al Anderlecht. Ahí terminó la trayectoria de Frank Arnesen en el Valencia Club de Fútbol. Un futbolista dotado de unas excelentes condiciones y que estaba llamado a liderar al Valencia en los siguientes años. No tuvo suerte.

Jugó la Eurocopa de 1984 con la selección de Dinamarca y el mundial de México 86. En las dos citas su selección dijo adiós ante la España de Miguel Muñoz: un país gafado para Arnesen. En aquellos años incluso se atrevió junto a sus compañeros a cantar una canción de apoyo al brillante equipo danés en la que adoptó un descarado rol protagonista.

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Su camino posterior en los despachos es conocido, e incluso pudo volver a Valencia para liderar la secretaría técnica. La historia de Arnesen es la de una estrella de un talento deslumbrante que ilusionó a Mestalla pero que estuvo marcada por el infortunio. Llegó en una época muy difícil para el Valencia y las lesiones terminaron de apagar su brillo.