Bruno Martins Indi, la roca
Central o lateral izquierdo, el Valencia se fija en una joya
Una temporada y media de titular en el Feyenoord, más el pletórico arranque de la actual campaña, han convertido a Rolando Maximiliano Martins Indi, ‘Bruno’ Martins Indi para esto del fútbol, en uno de los futbolistas de moda, de esos que de tan queridos ya se les relaciona siempre con el ‘calcio’, Juve y Milan, pero más todavía con el Valencia para este mismo mes de enero, incluso.
Y es normal, porque Martins Indi no conoce límites a sus 20 años en un club vendedor como es el Feyenoord de Rotterdam, en el que debutó a los 18 y en el que se desempeña con estilo y para nada dureza como central, mejor zurdo que diestro, que también, o como lateral izquierdo. Polivalencia, potencia y juventud en una nueva perla de la cantera ‘feyenoorder’, la holandesa en general que no para de germinar brotes verdes, internacional absoluto además de nuevo cuño.
Nacido portugués un 8 de febrero de 1992, en la localidad de Barreiro (distrito de Setúbal, donde nació José Mourinho), el luego holandés Martins Indi prontó cambió el Atlántico por el Mar del Norte, de las vistas a Lisboa desde la bahía de Barreiro al mayor puerto de Europa, el de Rotterdam. Pero él ni se acuerda, pues sus padres se establecieron allí cuando apenas contaba con tres meses.
Fuerte y sano, el fútbol era lo suyo ya de niño y comenzó a destacar en el Spartaan’20, club satélite del Sparta de Rotterdam, precisamente el gran rival ciudadano de los ‘feyenoorders’. Así hasta que los ojeadores de‘Het legioen’ vieron en él un portento físico que pulir más tarde adecuadamente en lo técnico. Y así fue en la academia del Feyenoord, la de Varkenoord (tres temporadas consecutivas ya Premio Rinus Michels a la mejor cantera holandesa) y en el filial que comparte con el Excelsior, costumbre en Holanda para ahorrar costes con estos convenios y tener dos vías de progreso en la élite y no solo una.
Martins Indi debutó a los 18 años y medio con el primer equipo del Feyenoord, ante el Gante belga en previa (perdida) de la Europa League. Y luego empezó a entrar en el equipo en la Eredivisie, expulsión incluida por inocente (falta al mal llamado último hombre y el árbitro que no perdonó, como es costumbre, el recién llegado al profesionalismo) en su segunda aparición, en el campo del NAC de Breda. Pero lo peor vino un ignominioso 24 de octubre de 2010 cuando jugó a partir del minuto 35, sin poder solucionar nada, en el legendario 10-0 del PSV Eindhoven a los ‘feyenoorders’, una banda por un día.
Es ya un habitual, justo dos años después de sus inicios profesionales, en las convocatorias de Louis van Gaal en esa selección holandesa que trata de reinventarse tras el fiasco de la Eurocopa en Polonia y Ucrania. Martins Indi se ha adaptado a la zaga ‘oranje’ con naturalidad, como antes en las selecciones sub 17, sub 19 y sub 21, que por todas pasó. Y con más eficacia goleadora en la absoluta holandesa, por cierto, que en el propio Feyenoord. Ya suma dos tantos, en los sendos 1-4 a Hungría en Budapest y a Rumanía en Bucarest. En el primero actuó de central zurdo y, en el segundo, de lateral izquierdo. También participó de las jugadas de los dos goles holandeses en la derrota 4-2 del amistoso contra Bélgica. Y fue bien curioso cómo derribó a Van Gaal en su felicitación durante el Holanda-Turquía (2-0)
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Bruno tiene contrato con el Feyenoord hasta junio de 2016 (renovado en febrero), pero torres más altas cayeron. Tasado actualmente en unos 3 millones de euros (algo más será para un club de la grandeza del Valencia), no parece que le quede mucho recorrido en el Feyenoord. De concretarse, nuevo varapalo para el club de Rotterdam, aunque se siente por haberse arruinado a consecuencia de la pésima gestión de sus dirigentes. Y acierto del Valencia. Su polivalencia vale lo suyo. Como su madurez, pues ya es padre desde marzo de una niña con su novia, Mencia.