Quico celebra su victoria en el caso Xavi Torres

Consigue un golpe de efecto pese a los escasos 50.000 euros limpios que le quedarán al Levante de la operación

Rafa Carretero | 04 AGO. 2012 | 17:49

Tensión, estrategia, táctica envolvente y jaque mate. El Levante le ha ganado la partida a Xavi Torres y sus agentes, Toldrá Consulting. Ha sido un triunfo sufrido, pero muy celebrado. Finalmente el Getafe ha pasado por caja cuando se antojaba imposible que lo hiciera. Aunque el beneficio neto de la operación apenas ronda los 50.000 euros, lo cierto es que para los granota supone todo un éxito haberse salido con la suya. Un logro, sin duda, de Quico Catalán, que mantuvo la fe en todo momento de que podría salir triunfador y que amagó varias veces con acabar en los tribunales.

Los problemas del Málaga han jugador a favor. Ante la ausencia de cabezas visibles en La Rosaleda para hacer efectivo el primero pago de los 300.000 euros de la opción de compra, el Levante desembolsó el plazo en la LFP. La consecuencia de esa jugada fue que el Getafe se vio obligado a visitar el Ciutat para llevarse a Xavi, ya que el club granota se convirtió, al cien por cien, en propietario de sus derechos. Es, curiosamente, el segundo año que Ángel Torres falta a su palabra y acaba rascándose el bolsillo con los granota. El verano pasado fue el millón de Luis García, al que se restó los 150.000 euros de Pallardó. Esta vez, algo menos de 400.000 por Xavi Torres más una serie de incentivos por objetivos. Millón y medio de mercado tras declarar que él no paga traspasos por nadie.

También para Xavi Torres ha sido un triunfo, aunque en su caso todo tiene peor sabor de boca. El de Xàbia, que se había erigido en como de los referentes internos y externos, ha pasado de ser uno de los más jugadores más queridos a decepcionar a la parroquia granota. Sin mensaje de despedida y dando la callada por respuesta, estaba muy preocupado porque no quería dar la imagen de “pesetero”. Su nombre ha quedado muy denostado. A diferencia de otros, le faltó un gesto, le fallaron las formas.

En Orriols no se perdona que incumpliera el espíritu del contrato de cesión firmado hace un año y todavía menos que a la hora de la verdad ejerciera una posición de fuerza guiado por sus agentes. Hasta en la plantilla hay quien le echa en cara no haberse ahorrado aquellas palabras en las que insinuó su deseo de quedarse cuando le ofrecieron cinco años de contrato y el equipo acababa de clasificarse para la Euroliga: “Ahora tengo más ganas de continuar”.

El Levante intentó por activa y por pasiva quedárselo. Quico estaba dispuesto a echarle un cable para limpiar su imagen si había marcha atrás. Pero una vez quedó claro que era imposible, lo que peleó el presidente fue no quedarse con una mano delante y la otra detrás. Dentro de su estrategia, los dos faxes instándole a incorporarse a la concentración granota en los días en los que se ejercitaba con el Málaga fueron el pistoletazo de salida a la negociación.

Quico, además, estaba muy molesto porque desde un primer momento el acuerdo de Xavi con el Getafe se mostró como seguro e irrompible. Solucionada la papeleta, ahora el que patalea es el Málaga, que ha perdido la oportunidad de hacer un negocio mejor. Sin embargo, ya no hay vuelta atrás.