El nivel real del Valencia, a debate

La imagen ofrecida por el Valencia frente al FC Barcelona no fue la soñada

Ximo Arregui | 09 FEB. 2012 | 10:37

Las esperanzas del Valencia CF y de gran parte del valencianismo pasaban ayer por eliminar al FC Barcelona en las semifinales de Copa del Rey. La afición se volcó con el equipo, lo pudimos ver en la despedida en el aeropuero de Manises y en el desplazamiento de cerca de 1000 aficionados hasta la ciudad condal. Las posibilidades de que Unai Emery le ganara la partida a Pep Guardiola en su feudo eran reales.

Se apeló al espíritu del 'Piojo' López, de Medieta, de Kempes, de Fernando Gómez Colomer, de Rubén Baraja, en fin, de esos futbolistas que han conseguido salir victoriosos del Nou Camp y que nos han ofrecido noches mágicas. La del coliseo blaugrana podía ser una de esas noches, pero las cosas no empezaron bien.

La primera noticia era la baja de Roberto Soldado, que se caía de la convocatoria por enfermedad. Muchos pensamos, "empezamos bien... Más vale que Adúriz siga en racha goleadora porque si no es así, lo tenemos mal". La alineación de Emery, su once de gala, mantenía intactas las esperanzas porque, a pesar de la diferencia con el FC Barcelona el Valencia no tiene tan mal equipo, ¿o sí?.

Empieza el partido con un Valencia dominante, que quiere ir a por el partido y que inquieta al Barça en los primeros minutos de juego. Ese es el Valencia que teníamos que haber visto desde el minuto 1 y hasta el 93. Un equipo peleón y con carácter, que quiere ganar. Lo cierto es que esa imagen duró apenas 10 minutos, que fue lo que tardó el FC Barcelona en hacerse con la posesión del balón y fue el mismo tiempo que tardo el Valencia en esconderse.

¿Alguien puede explicar donde está Ever Banega?. Para este encuentro era básico que el argentino apareciera, que se mostrase, que dejase ver su calidad y que dirigiera al Valencia. Eso no ocurrió. Banega estaba de cuerpo presente en el césped pero ausente mentalmente. Los pocos balones que le llegaban los devolvía flojos y con desplazamientos de dos metros porque los pocos balones en profundidad que metió no tenían ni la dirección correcta, ¿así como se pretende ganar una partido?. Los jugadores no pueden asustarse en estas situaciones porque después caen eliminados de la Champions League, de la Copa del Rey, de la Europa League y terminan satisfechos por ser terceros en una liga, supuestamente, de dos.

Lo de la defensa es otro cantar. Por si Messi no fuera suficiente problema de por si, resulta que ahora el Valencia se dedica a regalarle balones en la frontal del área. Víctor Ruiz le dio dos pases al astro argentino (uno de ellos en colaboración con Banega) que acabaron en las manos de Diego Alves, que menos mal que fue el único que se lució porque de no ser así el Valencia podía haber encajado un buen número de goles. En el Camp Nou se ha visto una desorganización en defensa que no es digna de un equipo de primer nivel.

La segunda parte siguió con la misma tónica que la primera. El FC Barcelona dominando en la posesión y en las ocasiones de gol. La posesión llegó al 63/37 a favor del conjunto blaugrana, por lo que el Valencia sólo corría detrás de la pelota y así es imposible crear peligro o tener oportunidades de marcar. Sin embargo el 1-0 todavía daba esperanzas a los de Emery, que se volcaron en ataque e intentaban presionar, lo que terminó con el tanto de Xavi que cerraba las puertas de la final.

En el segundo gol era Mathieu el que defendía la banda derecha y, por lo tanto, la banda izquierda se quedó completamente descuidada, hecho que aprovechó Xavi para recibir sin ninguna presión y chutar a puerta para dar la estocada final. Es verdad que el 2-0 llega después de una acción que podía haber puesto el 1-1 en el marcador, pero eso no es excusa pese a que mucha gente piense que esa es una situación puntual porque el francés fue a cortar la jugada de contra del Barça. La acción que precede al segundo gol me recordó al Mirandés en el partido que jugó en San Mamés. La diferencia en el nivel de juego entre un equipo y otro era tan grande que casi asustaba.

Las sensaciones tras el partido de ayer no son buenas. El Valencia está acomodado en la tercera posición de la que se supone que es la mejor liga del mundo lo que quiere decir que tampoco es un mal equipo, pero la imagen que deja en los partidos importantes, esos en los que Emery no consigue ganar, también dicen que posiblemente no sea tan buen equipo, o por lo menos en esos encuentros en los que la afición espera un triunfo.

Era el FC Barcelona, el mejor equipo del mundo y cualquier excusa era buena para justificar la derrota, pero eso se llama conformismo y ni el Valencia ni el valencianismo deben ser conformistas. Los aficionados quieren un equipo ganador, con un entrenador que sepa leer los partidos, actuar en consecuencia y que futbolistas no se escondan ante las situaciones más complicadas.

Si nos quedamos con los puntos positivos, o con los menos negativos mejor dicho, es que la actitud del Valencia en los primeros 10 minutos (tanto de la primera parte como de la segunda parte) es la que debe tener por lo menos en la UEFA Europa League, que es lo único que queda. De no ser así las posibilidades de hacer algo importante en Europa son mínimas.

Después de los visto ayer, ¿realmente esta es la imagen que el Valencia es capaz de dar cuando tiene que ofrecer lo mejor?. Juzguen ustedes.