Aranda quiere más minutos

Aranda está disconforme con su situación. Es un secreto a voces que no se conforma con ser un revulsivo en las segundas partes. El suyo es uno de esos casos de jugadores que llevan mal la suplencia en el Levante. No le queda otra que aguantar, ya que con el equipo líder y ahora en Champions tiene poco sentido alzar la voz, pero de puertas para adentro sí que ha reconocido que esperaba otra cosa.

Jugador con un historial peliagudo a cuestas, este trotamundos del fútbol recaló en Orriols en verano tras ser despachado de Osasuna. A los 31 años, su calidad está fuera de toda duda, pero sobre él pesa la losa de no haberse asentado en ningún equipo. Como granota, además, las lesiones le han pasado factura, lo que choca con su incomodidad por ser reserva de un Koné que ha empezado como un tiro.

El Levante lo fichó pensando que llegaría otro delantero, pero finalmente se quedó como segundo espada. Ya entonces en Orriols recopilaron informes que hablaban de su falta de sacrificio en los entrenamientos. “Si trabajara mejor durante la semana, llegaría más lejos”, le habían dicho a los granotas en Pamplona. Tal vez por eso muscularmente el delantero se resiente más de la cuenta, lo que sin duda es un peaje que le quita esos minutos que no tiene y que le hacen estar a disgusto.