El Valencia de Corberán y sus problemas
El técnico tiene la plantilla que él ha querido, y no sólo debe conseguir resultados, sino que todo va un poco más allá

Hacía años que un entrenador del Valencia no tenía la plantilla que quería, siempre dentro de nuestra realidad económica. 8 fichajes y 13 bajas, algunas especialmente sensibles, además de 6 renovaciones que podían haber sido 7 en caso de haberse quedado Mosquera. Una plantilla nueva hecha a imagen y semejanza del técnico de Cheste, con gente de su confianza y de su elección, con lo que, por ese lado, poca queja podía haber en esta ocasión.
El final del curso pasado fue malo, porque es posible que, conseguido el objetivo, nos dejáramos llevar porque la cabeza no diera para más. Sé que fuera esto no gusta, pero cuenta lo que pasa dentro. Pero este verano ya vimos cosas que no iban bien, como el año pasado, y hasta el Oviedo, la sensación es que llevábamos bastantes más puntos que merecimientos. Y eso nos puso a todos en alerta, porque encima venían dos partidos muy trampas.
Que han significado dos derrotas, una imagen tocada a más no poder, un campo de dudas y de rumores que no ayudan a nadie, filtraciones o estupideces por doquier, y una posición, la del entrenador, que ha quedado tocada y en entredicho, porque les dio cera a los jugadores un día, reculó el siguiente, pero en el partido posterior todo fue peor aún. A esto se le está poniendo cara de lo que se le está poniendo, que lo sabemos todos, y ojalá me equivoque.