Inventar mentiras para intentar calentar al entorno del Valencia: se quedan sin argumentos
Cuando se recurre a estas cosas por pura desesperación, al final quien más sale perjudicado es el club, como siempre

Cuando hay que inventar mentiras para intentar calentar al entorno del Valencia, no somos realmente conscientes del daño que le hacemos al club por un lado, y el favor a Peter Lim por el otro.
Porque si se recurre a estas cosas es que en el corto plazo no hay material, con lo que eso conlleva para ciertos colectivos, y tal cosa, lejos de fomentar el hecho de que el valencianismo de base tenga un respiro y pueda hasta permitirse el lujo de sonreír, se convierte poco menos que en una ofensa a los que “vienen a salvar al club”, que ya no salvan a nadie, pero se arrogaron en su momento ese título y ya no hay manera de echar marcha atrás.
El Nuevo Mestalla ya no tiene recorrido, la venta del Valencia ya no tiene recorrido, el Mundial de 2023 ya no tiene recorrido, las parcelas del actual estadio ya no tienen recorrido, la abrumadora respuesta del valencianismo con 40.000 abonos y llevo garantizado en el primer partido ya no tiene recorrido, y hasta se ha invertido en el mercado de fichajes, con lo que sí, ahí queda recorrido, pero mucho menos del que se podía imaginar nadie hace apenas unas semanas.
Pero cuando se vive del barro y no hay barro, la cosa se complica, nos olvidamos que lo importante es el Valencia y nos centramos en los intereses personales, sean los que sean. Se perdió una gran oportunidad de aglutinar a todo el mundo como oposición, más social y de control accionarial que real, pero aquel tren pasó, y dudo mucho que se vuelva a hacerlo. De lo que estoy seguro es de que el final será largo y tedioso, y que las cargas de basura serán una constante, para desgracia de todos.