La enorme lección que ha dado el valencianismo: respeto y silencio

Toni Hernández | 13 AGO. 2025 | 00:05
Mestalla

El aficionado del Valencia ha vuelto a dar una lección de valencianismo descomunal, brutal, antológica, y que de nuevo deja a muchos y sus teorías absurdas con el trasero al aire. No es la primera vez, seguro que no será la última, pero no deja de ser curioso que se dude de lo más importante e indestructible que tiene este club, y que se dude de su compromiso, de su sentido de pertenencia y de su lealtad a un escudo, porque eso está por encima de todo.

Son años de sufrimiento indecible, de generaciones que están creciendo viendo el descenso más cerca que nunca desde 1986, con una guerra social absurda que nos tiene a todos encabronados, con una propiedad que muchas veces es nuestro peor enemigo, con un pasado de títulos que ya no está en blanco y negro como con mi generación pero que se empieza a alejar peligrosamente en el tiempo.

No sólo son los 40.000 abonados del club, que ya sería suficiente, sino el ambiente que existe, de ilusión, de ganas de que pasen cosas positivas, de dejar atrás el sufrimiento, de volver a sentirse orgullosos de su equipo de fútbol. De tener claro que la guerra contra Lim es una cosa y la dignidad y los colores otra, y no podemos ganar contra Meriton, pero sí podemos y debemos ganar por el Valencia.

Muchas veces me cabreo con cosas que pasan, que hacemos, pero hay otras, como ahora, en las que siento un orgullo tremendo. Y esa sensación no se paga con dinero, porque eso es orgullo, eso es el legado más importante que se puede dejar en el Valencia.