Confianza absoluta en el entrenador del Valencia

Carlos Corberán hizo uno de los mayores milagros de la historia reciente del Valencia evitando el descenso a Segunda cuando estaba cantado en enero. La segunda vuelta que hizo el equipo fue para enmarcar, nivel de Champions, e incluso se estuvo cerca de posiciones europeas, aunque la gasolina llegaba justa, y cuando se salvaron los muebles, por pura inercia faltó un punto más, que no había manera de sacarlo por más cabreo que generara.

Durante este verano se ha dicho que tiene mucho poder, yo mismo he escrito que un entrenador debe tener un jefe deportivo que mande, que ha dado bajas que quizá no tocaba (la otra parte también tenía algo que decir) o que los que llegan son de su agencia o de gente cercana (como si eso no hubiera pasado aquí y en todas partes toda la santa vida). Se está armando un equipo competitivo, que pretende ser fiel reflejo de la idea del entrenador, y eso conlleva una serie de cosas.

La primera es que debemos confiar en él por encima de todo, y si toma decisiones que no nos gustan, hacer el esfuerzo de intentar comprender la razón y que puede ser por una serie de cosas que se nos escapan. Y apoyarle mucho, no intentar ponerlo en el disparadero, no convertirlo en un ariete contra Meriton, que eso no lleva a ninguna parte, no señalarlo con el dedo por su silencio. Luego llegará el fútbol y sus cosas, pero eso es otro asunto.