En el Valencia todo nos viene mal

Haga lo que haga el Valencia, va a estar mal. Y cuando digo todo es todo, porque he leído críticas y palos incluso al hecho de que se hayan acabado los abonos y haya más de 40.000, que al final es de las pocas cosas que hoy en día dependen sólo de nosotros. No voy a enumerar los dramas porque esos crecen todos los días, el último que si el diseño de la Senyera no sé qué, con lo que la sensación de sopor, por parte de todos, es absoluta.

Meriton lanza mensajes y actúa al revés, al menos hasta la fecha, porque a los de aquí, esos que se llevan todas las bofetadas por el simple hecho de trabajar en el Valencia, tienen unos planes en base a unas reuniones, y luego en Singapur pasan las cosas que pasan. Vamos, nada nuevo, pero además de darle cera a Solís, Inma Ibáñez y Corona, ahora es moda inflar a Ron Gourlay, al que ya se le achaca de todo y del que han dicho que rajan de él varios. Un día uno, otro día de otro.. según conviene.

¿A quién le gusta estar así? ¿Hay alguien en esta ciudad que se sienta cómodo y feliz con todo lo que nos pasa? Quien me conteste que sí, por favor, que me diga quién, con nombre y apellidos. Pero que eso sea de este modo, que lo es, no puede suponer el hecho de que ser valencianista sea poco menos que una carga que no se puede llevar, un sufrimiento indecible, una maldición de la que no puedes escapar. Que no hombre, que no, que ser del Valencia es lo más grande, sea como sea.