¿Cómo debe gestionar el Valencia el adiós de Hugo Guillamón?
Alguien de la casa y que jamás ha dado un problema, todo lo contrario, merece un trato digno aunque el fútbol sea lo que mande

Carlos Corberán no quiere a Hugo Guillamón en el Valencia, incluso está entrenando al margen, y eso significa que, si se cumplen las reglas del mercado, el jugador terminará saliendo.
Le queda un año de contrato, con lo que ni siquiera hay fuerza para negociar, porque Hugo lleva sin estar, o estando poco, desde que volvió del Mundial de Qatar, y este fin de semana leíamos que su cotización había bajado de 25 millones de euros a 2,5. Algo poco menos que insólito en un futbolista que sigue siendo muy joven y que se ha caído de una forma que nadie termina de entender.
Lo hemos comentado en diversas ocasiones, y de hecho lo he podido hablar con su entorno, y es que hace tiempo que quizá lo mejor para él habría sido salir, respirar otro aire, ver a otra gente, estar en otro entorno.
Se le ha dado mucha cera en Valencia, en ocasiones demasiadas, y aunque es cierto que salvo unas semanas con Baraja en la 23/24, en las que por cierto el equipo volaba, ni con el Pipo ni con Corberán ha jugado apenas, y cuando lo ha hecho, se le ha visto mal, desubicado, flojo, sin ser él en ningún momento. Tampoco quiero que esto se convierta en un problema, porque Hugo es cualquier cosa menos un tipo conflictivo o que haya generado algún problema.
El míster está en su derecho de no quererlo y el jugador en el suyo que querer cumplir su contrato, pero en el fútbol, a veces al menos, tiene que imperar el sentido común y que nadie salga perjudicado de una situación que es simplemente eso, fútbol.