Del discurso a la acción en el Valencia
El nuevo CEO tiene la oportunidad y la obligación de marcar una diferencia real respecto a los últimos años

Ron Gourlay ya está en Valencia. Y con su llegada presencial, el tiempo de los mensajes velados y las intenciones proyectadas da paso a algo mucho más incómodo y decisivo: las decisiones. El mercado avanza y el club, aunque ha iniciado algunos movimientos, sigue teniendo más incógnitas que certezas. Gourlay mostró entusiasmo a su llegada: "Estoy emocionado porque vengo a un club grande, estamos deseando que llegue el futuro. Estoy aquí para devolver al club donde debe estar. Tenemos muchos objetivos y estamos trabajando en ellos. Mi prioridad era llegar a Valencia y aquí estoy"
El nuevo CEO asume un reto mayúsculo. Debe mantener una plantilla competitiva, reforzar las posiciones clave que ha marcado el cuerpo técnico, renovar a los jugadores que representan el proyecto y, al mismo tiempo, cuadrar las cuentas bajo el ojo vigilante de Singapur. No es fácil, pero es el trabajo para el que ha sido elegido.
El valencianismo, lógicamente escéptico tras años de decisiones erráticas, ya no compra expectativas. Espera hechos. Porque si se ha hablado de profesionalizar, hay que demostrarlo con operatividad real. Si se quiere volver a Europa, hay que dar a Corberán las herramientas mínimas para competir. No basta con aguantar promesas ni hablar de eficiencia, hace falta inversión.La hoja de ruta quedó marcada en la cumbre de Singapur y Corberán parece tranquilo de momento.