Pensar que el entrenador del Valencia hace milagros, peligroso
Parece que manda, que sus peticiones se van cumpliendo, al menos algunas, y eso siempre tiene un riesgo a largo plazo

El entrenador del Valencia no es un súper hombre ni un mago, ni tampoco el director deportivo o el que tiene que convencer a Peter Lim de que gaste un dinero que todos sabemos que es básico para la mejora deportiva del equipo. Insistir en esto puede parecer absurdo, pero cuando vas viendo determinados comportamientos, y mensajes, en el entorno del Valencia, te das cuenta que nos estamos tendiendo nosotros una posible trampa, y no tiene sentido.
Pide cosas, y algunas se están dando, como el buscar otro portero o la renovación de Foulquier, pero pensar que le vamos a dar poco y que va a hacer mucho, normalizando la segunda vuelta del equipo como si fuera a pasar a 38 jornadas, es algo en lo que no tendríamos que picar por muchos motivos. Lo mismo que el hecho de que mandara mucho, con todo el respeto, porque al final ya sabemos que el técnico es la parte más débil de la cadena siempre.
No acabo de entender la necesidad de engordar una figura que ya tiene más que ganados los galones después de sacarnos del pozo tal y como lo hizo. Porque incluso si yo fuera él me sentiría incómodo, y tampoco querría que se hablara en estos términos. Vamos a tener un poco de calma, aunque no sea algo especialmente fácil, porque si no la tenemos corremos el riesgo de cometer una serie de errores por los que ya hemos pasado antes.