El Valencia pierde en Vitoria "gracias" a un robo monumental
El equipo no estuvo bien, es cierto, pero todo queda marcado por una acción de absoluta vergüenza del colegiado

El Alavés - Valencia todos sabíamos que iba a ser una final… pero nadie suponía que sería para buscar Europa. Y es que la segunda vuelta tiene estas cosas como consecuencia. Llegábamos con bajas por lesión y por sanción, y Corberán decidió hasta un cambio de sistema, con tres centrales, y metiendo de nuevo a Mir fuera de casa, como en Las Palmas. Y lo cierro es que los primeros minutos fueron muy buenos, fueron nuestros y hubo varias ocasiones de abrir el marcador, pero no se llegaba con claridad.
Pasado el cuarto de hora empezaron a mandar ellos, porque se jugaban la vida, a y balón parado tenían dos ocasiones sensacionales, tras un córner y en libre indirecto, pero Mamardashvili hacía otras dos paradas de póster para la colección. Pasada la media hora el encuentro más bien local que visitante, con un campo rápido y mucho balón con centros laterales de los vitorianos. Conforme iba llegando el final del primer acto, disparos lejanos de los locales y demasiadas imprecisiones en los nuestros, algo que dificultaba de forma notable llegar limpio al marco rival. Al descanso se iban ambos equipos con todo por decidir.
La segunda parte empezaba con todo por hacer y la necesidad de parar al Alavés, que sin hacer nada extraordinario, dominaba el choque. La primera era nuestra a balón parado, con un centro de Rioja después de un córner, y el remata de Diakhaby que se iba fuera. Llegados a la hora de juego el partido estaba como parado, con nadie mandando, poco fútbol y resbalones e imprecisiones de todos los tipos. En el 63, de nuevo Rioja la ponía al área y Mir remataba fuera. Justo tras esa jugada, Corberán movía ficha. Diego López y Hugo Duro se Ivan del campo y entraban Iván Jaime y Sadiq.
En el 73, en un centro sin demasiado peligro, Mamardashvili medía mal, el balón estaba a punto de entrar, pero el georgiano lograba sacar el balón. En el 77, Gil Manzano se inventaba un penalti mariano, absurdo e inexistente, tras incluso revisarlo en el VAR. Vergüenza absoluta. 1-0, Joan Jordán. El gol nos dejó tocados, aunque no estábamos bien, y eso nos acabó de sacar. En el 86, una gran jugada de Jaime, pase de la muerte de Fran, y el remate del malagueño era parado por Sivera de forma milagrosa. En el 90, Canós estaba a punto de marcar uno de los goles de la Liga, con un remate lejano que se iba fuera por poco. No pasó nada más hasta el final, Europa se nos iba entre los dedos, y ahora toca acabar bien.